De: Santos Aira Enviado: lunes, 15 de agosto de 2011 2:13:25 Para: Morgana de Palacios
¿qué te puedo decir? No se me ocurre una sola puta cosa. No se me ocurre nada. Capaz que ni estoy vivo y me lo estoy imaginando, pero los muertos no creo que imaginen. Se mueren y listo. Te puedo contar que al final sí me traje la Toshi, pero que no hay luz ni agua ni nada. Viajé bastante para encontrar señal. Uno de los pocos periodistas que hay, me dijo que acá los satelitales andan mejor, así que me prendí porque había que traer ayuda para este lado, pero es igual, tampoco hay nada. Es difícil moverse. Parece uno de esos juegos de Resident Evil. Tengo pesadillas. Sueño que se van a comer entre ellos y nos van a comer a nosotros también. Debo haber bajado más de siete kilos. No tengo hambre. Ni siquiera tengo miedo. Tengo una anestesia rara. Pero sueño eso. Que se nos van a venir encima los zombies y nos van a comer de un momento a otro. El japo me dice que no tienen ni fuerza para eso, que me quede tranquilo. Yo no creo que pase, la verdad. Lo sueño, solamente, todas las noches, pero duermo poco. Igual es eso y el zombie soy yo. Es como vivir entre un montón de bichos que de vez en cuando, depende como les de la luz, parecen humanos. Yo creo que nosotros también nos estamos pareciendo a ellos. Hay varios Médicos sin Fronteras españoles trabajando en esta parte. Hay médicos pero no hay con qué curar. Y es una aventura traer cualquier suministro. O una lotería. Un día te toca y chau, fuiste. Está todo lleno de moscas. El hedor es como una cosa que está viva, como una burbuja en la que estás encerrado de día y de noche. Ya no hay donde meter los cadáveres, hay que irse lejos y nadie quiere salir a la aventura, entonces los entierran acá al lado de ellos y se quedan ahí, los vivos y los que ya se murieron, las carpas al lado de las tumbas o las tumbas al lado de las carpas. No se alejan porque si se van lo más probable es que no vuelvan. Cualquier cosa que haya que traer hay que negociarla, como si la fueras a meter de contrabando en una playa vip. Entonces o ni siquiera sale del lugar al que la mandaron para que se la pueda recoger, como por ejemplo Somalilandia, o llega mal o directamente se queda en el camino y no sabés más nada ni de la cosa ni de los que la traían.Y la verdad, nadie tiene tanto espíritu para inmolarse más allá de lo que es lógico, si fuera lógico estar en este lugar ilógico. Lo único que llega siempre puntual, son las armas.
A veces creo que vamos a morir todos. Que nos van a matar a todos porque no se hace distingo de nada. No importa si viniste a ayudar o como corresponsal de alguna agencia loca que te manda para informar al mundo. No importa nada, eso es lo asombroso. Matan a todos, porque sí o porque no o sin porqué o porque se les da la gana. De vedad es como si estuvieras metido adentro de un video game de esos de Resident Evil. Es como si de verdad ya no existiera nadie y todo fuera una gran lucha entre muertos por quedarse con un cementerio que está en ruinas, porque todo está en ruinas, todo es solamente un esqueleto, no solamente la gente. Todos los bandos están solos porque todos matan a los demás. Nosotros también y el tiempo que le quede a cada uno es solamente eso, una cuestión de tiempo, porque acá no hay retorno.
Dales saludos a todos y si querés, contales lo que yo te cuento, porque es importante que la gente sepa lo que le pasa a otra gente que ni siquiera tiene como protestar y está en lo más primitivo, que es no morirse de hambre. En este mundo ¿te das cuenta? En este mismo mundo.
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Transcripción de un correo enviado por Gavrí Akhenazi desde Somalia.
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