De la vida misma
En 1996 publiqué mi primer libro, «La agenda de Andrea», y a través de una editorial tradicional. Sí, un libro impreso en papel en toda regla. Hoy día, año 2022, unos cuantos años después, sólo me queda un ejemplar de aquella primera —y única— tirada. El libro tiene su complicación, mezcla de narrativa, prosa poética, y verso libre, es decir, es un anfibio que está muy, pero que muy lejos de lo «hiperespecífico», tan en boga hoy en día. Sin embargo, se vendió bien por una suma de factores que en su momento yo no supe entenderla a cabalidad, pero que luego comprendí lo importante que resultó:
1. La editorial: estés en la ciudad que estés, siempre habrá una editorial madre, la que corta el bacalao. Esta editorial, dependiendo de su tamaño, podrá tener un director en jefe, o una junta directiva, que decide qué libros ha de publicar y qué libros no. Y sí, es a esta editorial a la que debes llevar tu trabajo sin el menor de los temores, es más, incluso puedes guardarte un resto de orgullo por si rechacen tu trabajo pensando en que varios autores (incluyendo Gabriel García Márquez) sufrieron el rechazo alguna vez.
2. El lanzamiento: para 1996, yo contaba con 10 años de experiencia laboral en la banca, y, como además lo mío era el área de cambio de divisas, un área muy comercial, conocía a muchísima gente. Tal, que llenar el teatro en donde hice el lanzamiento de mi libro no me costó nada, fue llamar a mis clientes y conocidos y, si no todos, la gran mayoría estuvo ahí esa noche. Cada asistente se hizo con uno o dos ejemplares, cosa que de por sí es publicidad directa, si lo miras bien. Y el tremendo detalle: el libro lo presentó una amiga con quién veníamos compartiendo lecturas durante años. Tener a alguien que conozca tu trabajo y que pueda presentarlo no tiene precio. Esto tenlo muy en cuenta.
3. El diseño: no todo pasa por la portada, lo sé. Sin embargo, mi libro estaba ahí, en la tienda de la editorial entre otros muchos libros, y la fortuna había jugado a mi favor porque los colores del mío resaltaban por sobre los colores del de sus vecinos; es decir, mucho jugaba el diseño para que los posibles compradores conviertan unos segundos de ojeada en uno o dos minutos de lectura y luego en una compra.
Hasta aquí, quiero que midas el nivel de involucración que tuve como gestor de esta historia, la decisión de ir a la editorial fue mía, la decisión de sacar provecho de mi cartera de clientes (venciendo el miedo escénico) fue mía, el contar con alguien que conozca mi libro también estuvo en mi cancha, y, finalmente, la portada y contraportada fueron ideas mías. La editorial hizo lo suyo, lo que básicamente le correspondía, editar, maquetar, y poner a la venta el libro en su tienda.
Pero la historia apenas había comenzado. Ahora viene lo mejor.
«Un escritor siempre escribe», dicen por ahí. Y yo siempre escribía, yo siempre escribo. Para el año 2000 llevaba escritas un par de novelas y centenares de poemas sueltos.
Pero, todo lo tenía muy desordenado, porque mi día a día era complicadísimo. Trabajaba unas diez horas en el banco y bajo una presión increíble (y ahí, en las finanzas, no existen los errores, menos todavía alguna cuota mínima de desorganización). Luego, tenía que pasar tiempo —de calidad— con mi hija, a quien por aquel entonces comencé a acompañar a sus clases de Taewkondo (sí, entrando al tatami con ella). Así que ya por la noche, luego de la cena familiar, es que me ponía a escribir, y guardaba lo que escribía en cualquier parte de «Mis documentos».
Así, hasta que un día, movido por el bichito de repetir la experiencia de publicar un libro, es que decidí comenzar a ordenar lo que llevaba escrito. Aquello fue difícil, porque encaré lo de publicar mis poemas, y la cosa fue armar una suerte de «suma» que tenga cierta consistencia global. Fue entonces que surgió «Smarc» como personaje suplementario a «Andrea», protagonista de mi primer libro.
Cuando acabé con esta primera compilación, terminé armando dos libros de 100 poemas cada uno; Prisma, que correspondía a Smarc; y La quinta estación, que correspondía a «Andrea». Con los poemas ya ordenados, me sentí satisfecho del trabajo, pero me quedaba pendiente lo más importante, validar el contenido.
Hablé con Ruffo, mi antiguo maestro de guitarra clásica, con quien compartí en tiempos de colegio la afición por la Filosofía, y comenzamos a tener encuentros semanales en los que él leía mis poemas dándome su valoración, y yo leía algunos trabajos que él traía, a los que yo también le daba mi devolución. De esta interacción, en donde la sinceridad iba por delante, concluí que tanto Prisma como La quinta estación tenían el valor que yo creía que tenían. Sin embargo, entendí que mi maestro y amigo, incluso siendo sincero, y aun siendo un estudioso del ocultismo, podría tener una opinión desacertada. Esto es, yo necesitaba la opinión de un experto que no me conociera.
Pensé en Carlos Colombino, un renombrado artista plástico, cuyos trabajos, sobre todo los elaborados en madera siempre me fascinaron. Además, este artista tenía la particularidad de que también escribía —¡y cómo escribía!— bajo el nombre de Esteban Cabañas. Es decir, así como existían Smarc y Andrea, existían Carlos y Esteban, para mí, esta doble realidad, esta «doble vida», no era coincidencia. Y lo mejor de todo, se sabía que tenía mal carácter. Pero, ¿cómo llegar a este señor?
Contacté con Pepa Kostianovsky, historiadora, periodista, y figura pública de primer nivel, sabiendo que era amiga de Carlos. Le di una copia de Prisma, y le pedí que se lo entregue a Carlos, a ver si acaso lo leía. Pepa me advirtió lo que yo ya sabía, que Carlos tenía muy mal carácter, y que la mayoría de las veces que le llegaba algún texto acababa arrojándolo al suelo diciendo que aquello era una mierda. ¡Eso era justo lo que yo quería y necesitaba! Le dije que no había problema, y le dejé mi número de teléfono.
Pasaron un par de semanas y a que no adivinas… ¡Sí! ¡Carlos Colombino, Esteban Cabañas, hablándome por teléfono! Que lo tengo grabado:
—Silvio, ¿esto lo vas a publicar así, en bruto?
—Sí.
—Ok, mañana te envío algo.
—Ok, ¡Gracias, Carlos!
Fin de la conversación.
Como el personaje de Fante en Ask The Dust me metí debajo de mi escritorio. ¡El ganador del Premio García Lorca me acababa de llamar y escribiría algo sobre mi libro! «Esto lo cambia todo», como dirían en la serie «Dragones». Ya no necesitaba ir a una editorial para que un editor en jefe, o una junta directiva dictamine si mi trabajo es publicable. Ya no. Mi trabajo, mi pasión, un libro mío había sido validado por un «colega», por alguien que sabía escribir 101 veces mejor que yo, y no por amistad, por compromisos políticos o familiares, no.
Arriesgué, claro que arriesgué. Pero un verdadero escritor vive ahí, en el riesgo, porque sabe que mañana podrá decir todavía mejor lo que cree que hoy dijo «perfecto», si es que acaso hoy se atrevió a escribir. Si te fijas bien, una vez que tienes algo escrito es que comienza la travesía. Y lo mejor de todo es que esa travesía se compone de un conjunto de decisiones que las toma el escritor, nadie más.
Sólo hay una manera de saber qué significa tu trabajo para los demás, y esa manera es que lo lean. Y aquí un alto, es muy diferente recibir la opinión de alguien que escribe detrás de un monitor y de quien no sabes prácticamente nada, que recibir la opinión de alguien a quien conoces y con quien interactúas en 3D.
Por todo esto que te he contado, te invito a que busques la manera de dar con una persona calificada y obtener de ella una opinión sincera sobre tu trabajo. Si le gusta, el camino está abierto. Y si no, tendrás que considerar cuáles son los puntos flacos que cabría revisar. Pero sin la opinión de un experto, te será más difícil adquirir seguridad en el oficio de escribir.
Hasta aquí hagamos hagamos una lista de las variables con las que deberías contar para una publicación:
1. Cuentas con los datos de la editorial más importante de tu ciudad a la cual puedas ir personalmente a consultar sobre cuál es su metodología para recibir trabajos. Como alternativa, una lista de editoriales que reciban trabajos vía correo electrónico y que estén dispuestas a recibir información sobre tu libro.
2. Uno o dos escritores (o una lista de varios) cuyo trabajo conoces, y que crees podrían leer tu libro y brindarte un comentario o prólogo.
3. Tienes la idea, cuando no el diseño acabado de la portada y de la contraportada.
4. Tienes una lista de lectores, amigos, familiares, y gente al fin, allegada, que habrás de convertir en compradores de tu libro al momento del lanzamiento.
No son muchos puntos, por supuesto, pero cada uno de ellos tiene un peso fundamental.
P.d.
Date una vuelta por mi tienda, quizás haya algo que te interese 😉
Y tú,
¿Cuentas con alguien que leerá tu libro una vez lo hayas acabado?
¿Escribes en un Blog y de ahí obtienes comentarios con los que vas revisando tu escritura?
Deja tu comentario y, si tienes una página, la dirección de la misma para que podamos visitarla.
Abrazo.
Abraham dice
Excelente historia, Silvio. Es sacarle provecho a las herramientas que uno tiene y sobre todo tenerse fe. Realmente un ejemplo inspirador.
Un abrazo.
Silvio Rodríguez Carrillo dice
Tú lo has dicho, Abraham, es que pasa que muchas veces tenemos muchas herramientas y oportunidades que no vemos simplemente porque no estamos enfocados en lograr un objetivo.
Un abrazo y gracias.
YOJARY VELILLA dice
Hola silvio, gracias por compartir tú experiencia con nosotros, en mi caso particular, sin saberlo desde mi época de universitario me gustaba leer y al mismo tiempo escribir,en aquel entonces lo hacía para estudiar los diferentes temas, logré graduarme y así pude conseguir empleo, no me interesó escribir, por malas decisiones en mí vida, tuve muchos problemas de toda índole, en uno de esas complicaciones alguien me habló de Dios y fue una experiencia maravillosa, los malos momentos fueron extinguiendo y pude salir de aquella mala situación; pasaron los años y con ello nuevamente las malas decisiones, acompañadas de un sinnúmero de rivalidades, nuevamente me sepultaron en un dolor profundo, casi pierdo a mí familia, apareció un hijo extramarital, en fin, de todo un poco para escribir una historia, en ese momento me aferre nuevamente a Dios y empecé a practicar la lectura, pero esta vez acompañada de escritura, salió una historia con ingredientes reales pero encausada en la fantasía, la llamé El Licenciado, me contacte con una editorial nueva en Colombia que se llama Ojos de Lince y ya la tenemos lista esperando el lanzamiento y la respectiva puesta al mercado. Gracias a esos escritos logré darme cuenta que puedo utilizar todo lo que me ha sucedido para ayudar a las demás personas, más que unos actos de religiosidad, considero que amar a Dios y al prójimo está por encima de todo, sin importar la religión o las creencias de los demás, podemos utilizar nuestra experiencia para compartir una palabra de aliento y de ánimo a los demás, por tal razón, cree una página web que llamo http//quierovivircorrectamente.com, en ella escribo 4 o 5 blogs semanales con la finalidad de conocer que tanto gustan mis escritos, quiero seguir escribiendo historias que lleven un mensaje que permita ayudar a los demás, me gustaría que visitaras mí pagina y dejaras tú comentario, he iniciado un nuevo proyecto y me interesa contar con personas cómo tu, que al igual que yo se esmeran por ayudar a otras personas. Un abrazo y nuevamente gracias.
Silvio Rodríguez Carrillo dice
Salud, Yojary
Muchas gracias por escribir.
Escribir desde la experiencia, desde lo testimonial, suele ser el mejor camino para conectarnos con nuestros semejantes.
Te felicito por «El Licenciado», y me alegra que hayas podido conectar con una editorial. Es una vivencia maravillosa.
Claro que sí pasaré por tu Blog, leeré y te dejaré algún comentario, además de compartirlo en mis redes.
Un abrazo y que estés bien.
Silvio.
Hernando Sócrates Torres García dice
Hola Silvio M. Rodríguez C.
Este es un blog que hace años vengo publicando y he dejado de publicar por otras ocupaciones y ahora me pica el animo de querer escribir mis crónicas, historia de mi pueblo y otras viviencias.
http://elbancoimpactoregional.blogspot.com/
Gracias y espero tus comentarios al correo: sistcc@hotmail.com
Atentamente,
Hernando Sócrates Torres García
El Banco Magdalena – Colombia
Silvio Rodríguez Carrillo dice
Salud, Hernando
Muchas gracias por escribir.
Pues es cuestión de cómo lo encares, de eso depende todo. Si tienes un Blog para darte el gusto de desarrollar los temas que te interesan, y que acaso también le interesen a otras personas con gustos fines es una cosa.
Ahora, si tienes un objetivo a lograr, como establecer tu marca personal, o conseguir suscriptores para la promoción de una idea, es otra la historia.
Si tienes un objetivo bien definido, para conseguirlo debes trazar un plan y esto, en el mundo del Blog es hacer un calendario con las entradas que vas a publicar.
Yo tengo mis entradas programadas y, cuando no estoy saturado de trabajo, normalmente va de una entrada por día.
Lo ideal, cuando menos, es una entrada por semana.
Por lo tanto, lo que te recomiendo es que, si vas a reactivar tu Blog, tengas preparadas, antes que nada, unas 8 entradas de alto contenido, como para publicarlas una por semana.
Normalmente una entrada de contenido de calidad ronda las 1.000 palabras, aunque sólo es un promedio. Igual puede ir por las 500 palabras y ser de gran utilidad para el lector.
Un abrazo y que estés bien.
Lana dice
Hola, gracias por compartir tu experiencia.
En internet he visto una página «red narana», que explica el paso a paso para enviar a editorial. He pensado publicar en Amazon🤔, hasta en publicar mi primera obra gratis para darme a conocer😬. ¿Qué opinas de eso?
Conozco algunos escritores amateur con los que intercambio comentarios por correo. Son buenos. Pero alguien como Colombino, no.
En cuanto amigos… tengo muy pocos😕. Sería que ellos se llevaran a sus familiares, amigos y amigos de sus amigos😬. Pero que compren…
No tengo blog, pero publico en páginas de autopublicación. Te dejo el link: https://clubdeescritura.com/?p=3073907
¿Crees que es necesario tener un blog?
Saludos
Silvio Rodríguez Carrillo dice
Salud, Lana
Muchas gracias por escribir.
Te contesto en este vídeo: https://youtu.be/BtNtOkyWsMk
Un abrazo y que estés bien.
Johana Rodríguez dice
Hola!!! Está genial este escrito… He estado pensando en recopilar mis cortos escritos que los tengo por todos lados, aclaro que no soy profesional en el tema, solo plasmó lo que me llega pero esto que me has compartido me ha impulsado un poco más.
Te dejo el link de un blog que tengo algo descuidado pero donde tengo algunos de mis escritos, agradecería de corazón tus comentarios…
Muchas gracias!!
Johana Rodríguez dice
https://elfluirdemipensamieto.blogspot.com/?m=1
Silvio Rodríguez Carrillo dice
Salud, Johana
Muchas gracias por leer y comentar.
Te sugiero que como primera medida compiles tus escritos, los repases, y les vayas buscando algún tipo de orden, con vistas a alguna publicación. Y por supuesto, comenzar a revisarlos y corregirlos.
He visitado tu blog, y en cuanto al formato te recomiendo que prescindas de fondos y ornamentos innecesarios que dificultan –y mucho– la lectura. Un lector no busca ni sonidos, ni imágenes en un blog de lectura, busca texto. Hay palabras de definitivamente no se pueden leer porque se pierden con el fondo, además. Así que busca un fondo de color claro, pastel, y letras que hagan juego opuesto a ese fondo, y listo. Te aseguro que tus lectores te lo agradecerán.
Por lo que he podido mirar por arriba, evitaría la utilización de los puntos suspensivos, siempre que se pueda, antes que ser un apoyo, resulta un agobio para un buen lector.
Un abrazo y que estés bien.
Silvio.
Darwin dice
Gracias por compartir esta experiencia.
Silvio M. Rodríguez C. dice
Salud, Darwin
Gracias a ti por leer y comentar.
Un abrazo.
Jorge Rodriguez dice
muy interesante silvio gracias para los que queremos iniciar en la escritura son muy positivas tus palabras
Silvio M. Rodríguez C. dice
Salud, Jorge
Me alegra que te haya gustado la entrada.
Espero que el mundo de la escritura te sea exitoso.
Un abrazo, estimado.
Israelvisso dice
Me pareció asombroso, es cierto que el camino de un escritor es de varios tranvía y andenes.
Tengo un libro que empecé, es más como diálogos. Te lo dejo, quizás puedas darme una reseña. https://getinkspired.com/es/blog/65015/dialogos-blandos/
Silvio M. Rodríguez C. dice
Salud, Israel
Tal cual, cada escritor y cada libro tienen su propio sendero.
Envíame el archivo en Word o pdf a través de este enlace https://dualidad101217.com/contacto/
Cuando tenga algo de tiempo lo leo.
Un abrazo.
Fernando dice
Interesante!!!
Silvio M. Rodríguez C. dice
Saludos, Fernando.
Gracias por leer y comentar.