La derrota de Francia en 1940 le había significado a Inglaterra un durísimo revés económico y, al tiempo, a los Estados Unidos la cosa comenzaba a interesar estratégicamente. Franklin Delano Roosvelt no sólo había aplicado una política de rearme interno, de facilitar recursos y pertrechos a sus aliados, y de bloquear la ayuda a sus enemigos, sino que consiguió la aprobación del Congreso del Act to Promote the Defense of the United States, con el que se destinaron al Reino Unido y a otros aliados, incluyendo a la Unión Soviética, unos 50.000 millones de dólares en alimentos, petróleo y material militar.
Hitler entendía que los americanos no entrarían al conflicto fácilmente, pero lo tomaba como una posibilidad. Lo que sí estaba claro era la necesidad de asegurar las provisiones, y para ello había que ir hacia el este. En el norte de África, Erwin Rommel (el Zorro del desierto), dirigía el Afrika Korps, mientras que bajo las órdenes del mariscal Ritter Von Leeb, el Grupo de Ejércitos Norte se preparaba para la invasión a la Unión Soviética. Los tres grupos de ejércitos del Eje sumaban 3,5 millones de hombres. Cuestión de tiempo; quien primero se posicionase sobre las provisiones ganaría la guerra.
El 22 de junio de 1941 se inició la invasión a la Unión Soviética. Bajo el mando del mariscal Voroshilov, tres Ejércitos soviéticos, compuestos por unos 600 mil hombres, enfrentaron al Grupo de Ejércitos Norte de Hitler. Los alemanes debían cruzar el río Niemen y Dvina para luego dirigirse hasta Leningrado, disponiendo para ello de 600 tanques. Tras el cruce de los ríos, el 4.° Ejército Panzer sufre el contraaque de los soviéticos apoyados por 300 tanques que, finalmente, no son suficientes. Tras cuatro días de combate los alemanes triunfan y tienen el camino allanado para llegar hasta la ciudad objetivo.
El Grupo de Ejércitos Centro tenía como objetivo Moscú, pero para llegar a destino debían sortear tanto el río Beresina como la ciudad de Smolensk. A cargo de la ofensiva estuvo Fedor von Bock, que se lanzó con 9 divisiones blindadas, 7 divisiones motorizadas y 35 divisiones de infantería. La superioridad alemana era notoria, tanto en calidad de material bélico como en la fuerza de su ejército. Los cazas rusos J-15 no fueron mayor obstáculo para los Stukas (Junkers Ju 87), ni para los Messershmitt 109. Para Julio, los hombres de Von Bock se encontraban a sólo 350 kilómetros de Moscú.
El alto mando alemán pensaba continuar el avance hacia Moscú y enfrentar al grueso del ejército soviético, sin embargo, Hitler, decidió dividir sus fuerzas y envió los tanques el Grupo de Ejércitos Centro al norte, en donde para agosto se ubicaron a 50 kilómetros de Leningrado. En el sur, también con refuerzos del centro, se libró la terrible batalla de Kiev. Ya en octubre, todo parecía listo para el ataque definitivo sobre Moscú (Operación Tifón), pero el clima no fue favorable para la Wehrmacht, y las tormentas de invierno determinaron su retroceso tras sufrir millares de bajas por congelamiento y enfermedades.
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