En mayo de 1940 los alemanes comienzan la ofensiva del frente occidental, invadiendo Luxemburgo, Bélgica, Países Bajos y Francia. Parecería un plan inviable, pero en la Alemania de Hitler ya no funcionaba la Reichswehr, las fuerzas armadas de tiempos de Weimar, que terminaron siendo desmanteladas. La renovada Fuerza de defensa, o Wehrmacht, tenía otra formación y metodología, componiéndose de ejército (Heer), armada (Kriesgmarine) y fuerza aérea (Luftwaffe). Un cuarto elemento, la Waffen-SS, el brazo armado de las SS, también se consideró como parte de la Wehrmacht. En su conjunto, recordaban la dinámica incontenible de los Strumtruppen de la primera guerra mundial.
Los aliados, con Maurice Gamelin al frente del ejército francés, esperaban que los alemanes avancen por Bélgica y, de acuerdo al Plan D, esperaban que la cuestión se tratara de resistir el primer embate para luego realizar una contraofensiva. Resultaba impensable que la Wehrmacht intente avanzar por las Ardenas, por lo que allí se establecieron sólo dos divisiones francesas. Sin embargo, el Plan amarillo de los alemanes, basado en la velocidad, implicaba que el General von Manstein ataque el norte de Bélgica, pero como elemento distractivo, y que el general von Rundstedt, con la fuerza de los tanques cruce las Ardenas.
La guerra relámpago (Blitzkrieg) significó un cambio radical en la concepción bélica, que incluía tanto equipamiento militar como instrucción técnica y emocional. El alto adiestramiento de la Wermacht quedó demostrado cuando tras romper la línea defensiva de Sedán, cambian inmediatamente el rumbo hacia el Canal de la Mancha, dividiendo a los aliados. La reacción estuvo a cargo del mariscal John Vereker Gort, comandante de la BEF, quien organizó la Operación Dinamo, evacuando desde Dunkerque a más de 200 mil soldados británicos, y a más de 100 mil soldados entre franceses y belgas. La operación se conocería como El Milagro de Dunkerque.
El 10 de Junio Italia entra en el conflicto atacando a Francia, que tuvo que firmar un armisticio con Alemania doce días después. Los alemanes ocupan París y casi dos tercios del territorio francés, dando inicio también a la Resistencia francesa. Esta resistencia se conformó por dos falanges, las Fuerzas Francesas Libres (FFL), que se movían alrededor del general De Gaulle en el exterior, y la Resistencia (La Résistance) en el interior. En el sudeste de Francia Hitler estableció su gobierno representativo, al cual se lo llamó la Francia de Vichy, con Philippe Pétain (de 84 años) como jefe de Estado.
Tras la ocupación de Francia, Alemania comenzó a planear la invasión del Reino Unido. Pero, Hitler y el alto mando alemán sabían que allí no era posible aplicar la Blitzkrieg, dado que la Marina Real británica, dominadora absoluta del Canal de la Mancha, era muy superior a la armada alemana. La cuestión entonces se trasladaría al campo aéreo, la Luftwaffe contra el Mando de Cazas de la RAF (Royal Air Force), la batalla de Inglaterra, en donde los británicos resistieron a tal punto que Hitler optó por la operación Blitz, consistente en el bombardeo a las ciudades más importantes de Inglaterra.
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