Ficha del libro:
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Título: Papeles inesperados
Autor: Julio Cortázar
Editorial: Alfaguara
ISBN: 978-607-11-0208-9
Nro. Páginas: 488
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Papeles inesperados
por Silvio M. Rodríguez C.
En la general: cabe aclarar que muchos de los textos incluidos en “Papeles inesperados” ya fueron publicados en otros medios, aunque claro, nunca antes de esta manera, compendiados. Todo surge a raíz de una vieja cómoda en la que los mismos fueron hallados por Aurora Bernárdes, albacea y heredera universal de Julio Cortázar, a lo que se suma la tarea de Carles Álvarez, doctor en Filología Hispánica, y quien hiciera una tesis sobre los prólogos del autor. Así, tanto lo sorprendente como lo meticuloso nuevamente se dan la mano más de dos décadas después del fallecimiento del vivificador de los cronopios.
En cuanto a las prosas: “La daga y el lis. Notas para un memorial”, relato con el que abre el libro, constituye un ejemplo virtuoso a destacar, que marca mucho aquello de que “el cuento debe ganar por k.o.”, en el cual Cortázar, además de lucir su capacidad narrativa, se permite el lujo de un giro extremo en el cierre, ahí donde sólo él podría hacerlo. Con “Manuscrito hallado junto a una mano” y “Ciao, Verona” volvemos a encontrar tanto la ilimitación de lo imaginativo, como el aliento tan, tan suyo, que nos coloca en esa parte del mundo menos transitada.
Respecto de los poemas: Tanto San Agustín como Borges declararon que la poesía implica la convergencia de una ocasión con la inclinación hacia ella por parte del escritor. Quizás esto explique por qué algunos autores prolíficos en prosa no lo sean tanto en verso, pero en ningún momento palidece la importancia de su poética. Con un solo poema “La mosca”, Cortázar expone toda esa valía que le conociéramos en “Salvo el crepúsculo”; con el cierre de “Mi sufrimiento doblado…”, sencillamente se vuelve el idealista de carne y huesos, encumbrado y no aprisionado por la filosa brevedad del poema que lo contiene.
Sobre posturas políticas: Son más de ciento veinte páginas en las que se recogen el pensamiento y el sentir de Cortázar sobre el contexto sociopolítico de su época; en donde contesta a un presidente que lo trató de francés (y recuerda que viviendo en Francia escribió en español), donde marca que cierto sector de la prensa publica en mayúsculas cuando un suceso se da en POLONIA y en minúsculas cuando se da en El Salvador, donde podemos leer “Los ‘exilados’ no somos ni mártires ni prófugos ni traidores; y que esta frase la terminen y la refrenden nuestros lectores, qué demonios.”
En lo particular: En 1986 comencé a leer a Cortázar, allá en Asunción, y no era fácil conseguir sus libros. Sin embargo, con el tiempo fui haciéndome de la colección de todas sus obras; conseguir Salvo el crepúsculo, y una versión de Rayuela con prólogo de Borges fueron en aquellos años trofeos increíbles. Hoy día, acceder a Papeles inesperados constituye una satisfacción muy singular, por ese “Desde el otro lado” que siento viene a cerrar la cosmogonía intuitiva abierta con El perseguidor y extendida por Rayuela, y por “So shine, shine, shoe-shine boy” que guarda el sabor de una intensa sabiduría.
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