¿Cómo fue que has llegado al impulso de escribir, y a concretar el acto de escribir?
Escribir es realmente algo serio, a lo que un escritor asiste y que se le hace necesario. Creo que nace con la persona el deseo de crear. Pero también tienes que tener ayuda, desde niño mis padres y un tío escritor de poemas, siempre se preocuparon porque estudiara en primer lugar. Pero nunca dejaron de llevarme a tertulias, funciones de teatro y comprarme libros selectos a los cuales debía dar algún criterio. O escribir algún cuento o nota de mis impresiones. Me convertí en un ávido lector, pero siempre buscando leer libros de escritores reconocidos.
Cuando tenía unos diez años, mi tío me ayudó a confeccionar un librito que tituló Mis primeros cuentos. Y desde ese momento me enamoré de la literatura para siempre.
¿Qué significa para ti el escribir?
Es un acto necesario, como respirar, la creación es un torrente de ideas, proyectos, notas al margen que se van acumulando y de las que el escritor en un momento determinado debe conformar y organizar sobre el papel. Algo serio que lo afecta, aunque niegue o posponga el proceso de creación se va abriendo paso el cuento o la novela, hasta que rompe los diques del alma y su fuerza es incontrolable, entonces escribir es como la vida misma imponiéndonos nuevas versiones que debemos compartir con los demás.
Al momento de escribir, ¿cumples con algún tipo de ritual, o lo haces donde sea y cuando sea?
Al momento de la creación me gusta leer, en ocasiones textos que sean opuestos a lo que voy a escribir, estilos diferentes, el escritor siempre está leyendo para lograr escribir algo nuevo, aunque el influjo de lecturas anteriores es casi inevitable. Aunque en ocasiones he escrito contra todo, ruidos, insomnio, desamor, hambre, gente molestando, en fin, la historia se muestra radiante a pleno sol.
¿Puedes escribir en el ambiente que sea, o debe haber condiciones mínimas, como que suene cierto tipo de música, que no haya gente, cosas así?
En una época lejana utilizaba la música como medio para conectar con mi musa, pero la complejidad de la vida y la necesidad de escribir te van enseñando a convivir con la vida y la escritura, son necesarias las dos, aunque sí, en soledad escribo mucho mejor.
Si tuvieses que describir tu estilo de escritura, ¿en qué términos lo harías?
Creo que la literatura además de ser el medio de legar nuestra historia a la posteridad para nada se va volviendo arcaica, va en evolución, es en la actualidad rápida, precisa, los medios digitales al alcance de unos clip nos llenan con un volumen abrumador de información, lo que nos cambia la forma de relacionarnos, de amar, de enajenarnos. Pues mi estilo es esa precisión, es una bala a punto de impactar, y mis personajes son, como dijera Mariano Azuela en el título de su libro Los de abajo, gente pobre, gente olvidada u oprimida, prostitutas, drogadictos y gente que no tiene quien le escuche o le ayude. Pero que necesitan ser escuchados, entonces mi estilo es como un rayo que libera una energía sobrehumana en un pequeño punto. Aunque el escritor no se permite cuando escribe pensar en estilos y en técnicas, el escritor se da a la tarea de escribir la historia lo mejor posible. Comunicar y que tenga cierta connotación, cierto impacto social o artístico, no me preocupa mucho en qué estilo puedan clasificarme o etiquetarme.
¿Cuáles crees que son los atributos que debe poseer un escritor?
Un escritor primero que todo debe ser un lector incansable, leer como si el tiempo estuviese perdido, como dijo Anatole France: el éxito del escritor está en Leer, leer y leer. Ser constante y por su puesto, escribir, reescribir y buscar su propia voz. Como aclara Giuseppe Verdi: El artista no tiene que imitar a nadie. Que se lleve la mano al corazón y estudie «eso», lo que sale de él; si posee la auténtica fibra del artista, «eso» se lo dirá todo. Confiar en lo que se escribe aunque se logren de vez en cuando magníficos fracasos.
¿Podrías afirmar que el escritor nace, se hace, o que hay una mezcla de ambas cosas?
Creo que hay ingredientes activos de los dos, un escritor que no cultive la escritura es como un árbol que no dará frutos por falta de agua o por falta de sol. Puede tener un don innato, pero si no lee, si no se forma y se dedica en cuerpo y alma al oficio de escribir no pasará de ser un hermoso diamante en bruto.
¿Cómo fue el contexto para que puedas publicar tu primer libro? ¿Cuántos años tenías?
Tenía escritos para conformar varios libros, pero un escritor es en parte un inconforme con lo que está escribiendo, siempre queda el deseo de mejorar lo que se escribe antes de publicar algo como un proyecto serio. Hasta que comencé a enviar cuentos y poemas a revistas extranjeras, y un buen día me llegó el primer número de una de esas revistas con un cuento mío publicado. Eso me cambió la vida, despertó algo dentro de mí que me puso a escribir y conformar el proyecto que presenté a la editorial. Escogieron diez de entre unos setenta libros presentados. Tenía veintitrés años en ese momento.
¿Qué otros libros tienes publicados? ¿Puedes contarnos un poco acerca de ellos?
Tengo publicado Entre el Grito y el Silencio, un libro de cuentos de mis inicios, cuentos bastante inocentes a mi modo de ver después de los años, con historias rurales de gente luchando por sobrevivir en su mundillo desprovistos de casi todo. Soledad y miserias. Algunas, historias reales, otras, fabulaciones de hechos narrados por personajes dantescos.
Las Cruces y los días, un libro que me deleitó escribirlo, tiene cuentos ya con un estilo diferente, una voz más diáfana y unas historias conmovedoras de muertes de seres queridos o creados desde el cristal de otras vidas. Y una noveleta que se escribió de un tirón, donde narro las obsesiones de un escultor por su sombrero y sus esculturas. Es el recuerdo de los que ya no están y de esa pobre gente que es ignorada constantemente.
¿Qué nuevas experiencias aportó a tu vida el haber publicado?
Buena pregunta, publicar me enseñó a confiar más en mi pasión por la escritura, pues vengo de un sistema social complejo donde publicar algo es mucho más complejo de lo que se piensa. La obra debe abrirse paso por sí sola, por lo que buscar la calidad es un reto constante. No es como que vas a una editorial y publicas lo que quieras. El libro debe ser aprobado varias veces. Conozco varias personas que tienen una calidad sobrada y se han quedado en el camino. Me enseñó a enfocarme y visualizarme al menos como alguien que escribe y al que leen.
Desde el primer libro que publicaste a hoy, ¿crees que has evolucionado en algunos aspectos?
Sí, es notable desde mi punto de vista todavía no he publicado nada de lo que considero mis mejores creaciones, las que marcan un antes y un después en mi obra. Puesto que los personajes ya se han soltado las ataduras y caminan libres por su mundo. Son las mismas personas pobres, pero con una madurez y un conocimiento de sus claras limitaciones. Las que dialogan con el lector, las que dejan ver de primera mano sus dolores y sus rencores, asistimos a un desfile de espectros, de prostitutas y borrachos pero que por alguna razón el destino o la vida les ha dado la espalda, pero que en el fondo luchan por mostrarnos su humanidad.
¿Estás trabajando actualmente en algún proyecto?
Tengo varios proyectos, unos nuevos y otros que son recurrentes, que vienen a cortarme la piel cuando descanso, queriendo salir, sentarse en su sillón viejo y dar por terminada su agonía de personaje olvidado. Tengo al menos dos que estoy escribiendo a la vez. Catedrales de espuma, donde cada capítulo hace alusión a algún hecho relevante, como la deforestación, la migración, la corrupción, la hambruna, etc.
Veleta de mar, un hombre que escapa de una muerte que cree que cometió, abandona todo y comienza a convertirse en un salvaje, permanece cerca del mar mientras le construyen una balsa para irse del país. El miedo le entra por los poros, pues vive en la amargura del perseguido.
¿Cuáles son tus objetivos literarios a corto, mediano y largo plazo?
El objetivo de cada escritor es tratar de perfeccionar su obra, decir o dibujar con palabras su mundo. No hay tiempo para perder. Esa necesidad de crear no te abandona, por lo tanto escribir es el único camino. Lograr más una identidad, una voz reconocible, diáfana, que perdure y sobre todo que guste a un lector exigente son algunas de las metas.
Has colaborado con otras diversas publicaciones en diferentes países. Coméntanos acerca de ello (qué países, qué revistas, acerca de qué temática)
He colaborado con revistas que tienen cierto renombre, otras con un trabajo serio de años de trabajo: Tántalo, España. Clarín, España. Carta Lírica, EUA. Hombre y Camino, Argentina. Opúsculo Poético, España. Ovación, Colombia. Pluma Libre y Desigual, España, y otras muchas más en las que he colaborado con poesía y cuentos con temáticas muy diferentes, en contra del abuso sexual, en contra del maltrato o la violencia en el hogar, y otros temas más poéticos como el amor, la amistad, y por qué no, el desamor.
¿Cuáles son las dificultades por las que atraviesa alguien que quiere llegar a ser escritor en tu país?
Acá, como te comentaba, el proceso es complejo, porque tienes acceso a una educación de primer nivel gratuita, con profesionales de primer nivel. Bibliotecas públicas y un buen sistema cultural. Pero el proceso editorial, por las limitaciones materiales es pobre. Muchas obras y pocos materiales, por lo que los consejos editoriales generalmente escogen unas diez obras. Cuando publicas un libro debes esperar como dos años para presentar de nuevo otro proyecto. No es común que se hagan reediciones aunque el libro tenga buena acogida. Además de que el Internet llegó hace apenas dos años y ni hablar de no tener acceso a las publicaciones electrónicas.
¿Qué autor, o qué autores son los que te han marcado en tus inicios en la lectura y que quizá te hayan impulsado a la escritura?
La lista se me hace extensa, empezaría por Julio Cortázar, Willian Faulkner, Charles Bukoswki, Horacio Quiroga, Fernando del Paso, Frank McCourt, Juan Carlos Onetti, José Martí, Juan Rulfo, Ken Kesey, Mario Vargas Llosa (prohibido en Cuba hasta hace poco), Augusto Monterroso y un largo etc. Stendhal, Fiódor Dostoievski, Chéjov, Guy de Maupassant y muchos más.
¿Tienes algún libro de cabecera, de esos a los que siempre se da una ojeada?
La biblia. De Fernando del Paso releo Palinuro de México, de Ken Kesey, Alguien voló sobre el nido del cucú, Rayuela, de Cortazar, y de Abelardo Castillo cuentos magníficos y su novela El que tiene sed. De Charles Bukoswki, su novela El cartero.
¿Hay algún autor o autores actuales que te impacten como aquellos que fueron tus primeros favoritos?
Un escritor siempre está tratando de superarse, debe creer que escribe mejor que todos los demás, en esencia eso es lo que lo hace progresar, ponerse metas muy altas, para escalar hacia la cima.
Contemporáneos conozco muchos extranjeros, pero que me impacten, contemporáneo actual Diario del puto, pues tiene un lenguaje renovado, una poética autentica y una visión clara de la literatura posmoderna con antecedentes de autores que comparto, además agregaría a Harold Pinter, con Los enanos y Elfriede Jelinek con su libro, Las amantes.
¿Hay algún libro, o algunos, que recomendarías como de lectura obligatoria? ¿Por qué ese, o esos?
Creo que eso depende un poco del estilo o los gustos de cada lector o escritor novel, pero no podría faltarle Las Cenizas de Ángela de Frank McCourt, una novela desgarradora, escrita desde la sinceridad del que vive en carne propia el hambre y la miseria en su máxima expresión, Mientras agonizo, de Willian Faulkner y por supuesto que Rayuela no podía faltar, de Cortázar, y Cien años de soledad de Gabriel G. Márquez. Añadiría también El cartero de Bukoswki.
Hoy día en el que cualquiera puede tener un Blog y con ello sentirse un escritor, ¿crees que es más fácil o más difícil encontrar buena literatura en la red?
Creo que es mucho más difícil encontrar buena literatura en la red, puesto que si eliminas las dificultades, los filtros diríamos, las tertulias, los talleres y todo eso que nos convierte en escritores, entonces indiscutiblemente debe deteriorarse la calidad final de los escritos. Creo que el verdadero escritor no debe quedarse con una opinión, el escritor debe escuchar miles de opiniones y nunca dejar de superarse y buscar nuevas opiniones, nuevo fracasos y crecer sobre esa base, sobre todo eso de llevarse varios reveces.
¿Qué opinas de esa suerte de corriente que algunos colectivos llaman «lenguaje inclusivo», utilizando, por ejemplo: nosotres, todxs, etc.?
Creo que es una gran fuente de futuras incongruencias en la literatura, el idioma español de por sí ya es lo bastante complejo como para estar inventando nuevas corrientes, que luego quedan varadas en algún olvidado astillero, el escritor debe enfocarse en crear una obra que trascienda, que declare nuestros valores culturales, nuestra identidad, que quiera imponerse y cambiar el mundo que lo rodea, y sobre todo aportar valores en este mundo tan necesitado.
¿Has concursado o pensado en concursar en algún certamen literario? ¿Qué opinas de ellos?
En algún momento de mi trayectoria participé en concursos de cierta importancia, gané en varios, pero después de publicar y tomar la literatura más en serio, dejé de mandar trabajos a concursos que valoran la obra en función de un criterio personal, a veces deformado, libros desaprobados por jurados y premios nacionales por otros jurados. Creo que quedan pocos concursos que sean totalmente funcionales y serios, sin trasfondos, solo en bien del arte.
¿Tienes alguna meta pendiente a lograr a nivel literario?
Todavía busco el balance necesario entre lo que estoy escribiendo y lo que quiero lograr, en los últimos escritos que te comentaba, experimento una nueva ola de creación, la que es difícil mantener, ese fluir interior como un río manso que viene fresco, abrumador y que en cualquier momento puede convertirse en torrente, pero que de pronto se nos deshace entre las manos. Lograr ese nivel de creación sin ondulaciones, sin desniveles visibles es el mayor reto que tengo.
¿Cuál ha sido, o cuál es tu mejor experiencia, como alguien que ha desarrollado su pasión por las letras?
Mi mejor experiencia de seguir el camino de las letras es que independientemente de lo buen o mal escritor que pueda llegar a ser, todo ese cumulo de conocimientos me ha hecho más humano, más sensible a los problemas que nos rodean y me ha hecho totalmente libre.
¿Qué puedes aconsejarle a alguien que está comenzando a escribir?
La mejor estrategia en la vida, estudiar y escribir. Ser incansable con esos sueños que con trabajo se vuelven realidad palpable. Y que escribir bien es el más noble esfuerzo a que puede aspirar el ser humano, puesto que escribir es pintar con palabras los pilares de nuestra identidad para el futuro.
(La pregunta que quieras hacerte) – ¿Qué te gustaría hacer cómo escritor, si logras algo de éxito?
Pues me gustaría conocer otras culturas, viajar y escribir sobre eso, aprender más de los verdaderos héroes de la historia, de los artistas, de los que trabajan la tierra y cortan el café, de los que surcan el mar para alimentar comunidades, y sobre todo, enseñar y compartir lo aprendido en este transitar por la madre tierra.
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