Quinto decanato
Pronombre relativo II
Que podría aguantarlo pero nunca con gracia,
que podría vencer sin llegar a vencerse,
alcanzar todo nombre tan sólo por quererse,
estar entre las sombras de la triste desgracia
por no saber hacerse un destino de audacia,
mientras unas músicas le muerden los talones
de las que no creador se repite sus dones,
en tanto que decide sobre lo que razona
sin así percibir que solo se abandona
a la locura eterna de reyes y peones.
Que recurre al recuerdo porque el hoy no le basta,
que aferra lo posible porque en todo imposible
habitan miedos hondos y algún hecho punible;
que yaciendo desnudo nadie nota su casta
aunque ignorante siente la vergüenza que aplasta;
que la meta es lejana como cualquier estrella
captada por el mismo que capta una botella,
y que no existe intento que no tenga propósito
aunque uno se silencie ese primer depósito
hecho a nombre del sueño, de su marca y su huella.
Que a veces es ya tarde cuando se va orillando
a comprender al tiempo sólo de poco a poco,
que todo es real, cierto, y que el transitar loco
cura como lastima porque deja soñando
al límite del límite con clara voz de mando
en la punta del dedo que crea porque sabe.
Que uno fatiga ojos porque dentro le cabe
que otro andará el camino con y sin egoísmo
en la duplicidad de ningún heroísmo
hasta que todo cambie y de nuevo no acabe.
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