Ojalá me difiera de los muertos
esta cruz del usted que lamo a solas
como lame su fe sobre las olas
el que busca el final de tantos tuertos.
Ojalá me pudieran muchos puertos
prodigar esa suerte de pistolas
que en tu voz me resultan caracolas
cultivando la sed en mis entuertos.
Pero cierta se vuelve la distancia
cuando callo mi torpe admiración
por decir tonterías sin razón
cual necio rebuscando una canción
donde exprese su yo el diapasón
destinado a fulgir su disonancia.
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