No iba a ser importante para tus demasiados
importantes, difíciles, escrupulosos ojos
ese montón de ideas -lamentables despojos
de una sinapsis rota, tan común en tarados-.
Pero eran para mí como sueños dotados
de realidad certera, como diablitos rojos
capaces del derrumbe de todos los enojos,
coronándome rey de diez mil carenciados.
El tiempo fue pasando, se me dio el persistir
y ahora que nos miro y tengo que elegir
entre seguir burlándome sin dejar de triunfarme
o dejar de oponerme a que alguien pueda amarme,
voy pensando, y sintiendo, cuánto cabe en mis manos
de tanto que arrasé en todos mis veranos.
Ruffo Jara dice
Eso es!! La persistencia trae frutos buenos!
Silvio dice
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