Después de haber realizado la corrección de estilo es posible que hayan subsistido algunos errores ortográficos o de puntuación, y es con la corrección ortotipográfica que los mismos se subsanan. Por ejemplo, si luego de la frase «sin embargo» no se tipeó coma. Si una expresión de cifras, como 1ro quedó sin el punto, 1ro., o si alguna abreviatura está incorrecta. También, y suele ser lo más frecuente, los errores correspondientes a la puntuación en los diálogos, en la utilización de las comillas y signos similares (interrogación, admiración), que muchas veces figuran los de cierre pero no así los de apertura.
Esta revisión se realiza sobre el papel, y no implica la corrección del material original. Es decir, yo imprimo la totalidad del trabajo y a medida que voy leyendo marco los errores que encuentro o, de lo contrario, voy tildando como sin errores cada página. Al final, escaneo y envío en formato .pdf todas las páginas con los errores encontrados, de manera que el autor pueda realizar las modificaciones pertinentes en el archivo original. Esto funciona así porque es la manera más rápida de indicar los cambios y porque en esta fase ya no es posible una segunda lectura o revisión.
Hay que aclarar que la corrección ortotipográfica supone que ya se ha realizado la corrección de estilo. Esto es, si el autor envía un texto que dice «nadie me ha hecho comer tan rico como cuándo ella me cocinará en un calor de leños de pino«. El cambio que se indicará será el de reemplazar «Nadie» por «nadie«, pero no se indicará nada respecto de la correlación de tiempos verbales de «me ha hecho (participio) / como cuando ella me cocinará (futuro del indicativo)». En esta corrección ya no se trata de detectar, y menos todavía de arreglar cuestiones gramaticales.
Es entendible que lo recomendable sea que personas diferentes realicen la corrección de estilo y la corrección ortotipográfica, debido a que ambas correcciones exigen un nivel de concentración muy alto, y lo importante es una mente fresca que enfrente el texto con «ojos nuevos«, que es la mejor manera de encontrar los posibles errores. Algo de esto explica a los autores que mientras más revisan su texto, antes que resaltarlas, normalmente terminan amigándose con sus posibles imperfecciones, privándose entonces de buscar hasta encontrar esa vuelta de tuerca expresiva que para un lector externo y entrenado pudiera resultar bastante fácil de hallar.
Por supuesto, como en la corrección de estilo, el autor deberá comunicar al corrector si acaso tiene ciertas preferencias fuera de norma y, si no, el corrector deberá consultar cuando encuentre algunas anomalías en la forma , como el tratamiento de las cursivas o negritas, el inicio de párrafo o de oración luego del signo de dos puntos, o las frases entre guiones. La obra siempre pertenecerá al autor, y el autor habrá de establecer su criterio, pero, aun decidiendo salirse de la norma, este salirse de la norma deberá obedecer a un criterio al cual quedará sujeto la totalidad del texto.
Aquí puedes ver algunos errores evitables con una buena revisión.
Si tienes alguna consulta, o quieres hacerme algún comentario, por favor, escríbeme a silvio@dualidad101217.com, será un gusto atenderte.
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