Las músicas son como los perfumes y los vicios que te comen el cerebro: ahí donde te agarran, ahí mismo te fijan, con todo el entorno y contorno que vaya y te quepa. Si a los 15 te tocó una jefa que use Paris de Yves, listo, el resto de tu vida la tendrás ahí, a Paris y a tu jefa. Igual, y al revés, si Amaridge te agarró a los 17 del cuello de la minita esa –sí, la rubia que andaba con el ricachón y que en el fondo te miraba con ganas, y que menos mal entendiste pronto–.
Si te ponés a pensar, y a sentir, vas a ver, o sea, a escuchar, que cuando suenan ciertas notas, ciertas músicas, canciones, al tiro volvés a la época en la que te marcó el cerebro. Un clásico ochentero, valga la época y entonces vaya de ejemplo el popularísimo Last Christmas, que a media humanidad le agarró o para arriba o para abajo y, que según entonces, adora o detesta la puta canción esa que, por cierto, es buenísima. Del mismo modo y acabada la cena, lo que se cantaba en la tribuna cuando salió campeón tu club.
Ahora, cuando la cosa no es canción, es decir, no es que la canta un negro, un blanco, un coro, una tía, un tío, sino que es una música que es más o menos puro cuerdas, digamos una «orquesta de cámara«, como mucho, y hace unos 25 años no la escuchás y de repente te viene de golpe su recuerdo NO PORQUE LA HAYAS ESCUCHADO, sino porque lo que te toca vivir es lo que te hace pensar, recordar a esa música. Es decir, el proceso enteramente inverso. La jefa recordándote a Paris, la mina recordándote a Amaridge, al revés, ¿viste?
Yo me acuerdo que cuando accedí a «Return to the grave» la historia iba de VHS, para comenzar. En luego, a Bruce lo tenía carpeteado y hasta hoy sigue siendo el representante del mejor físico masculino de todos los putos tiempos, y te lo firmo yo que soy poeta, carajo. En después, Brandon se muere en esa peli, durante esa peli. Y la peli, durísima, incluyendo una de las variables más intensas que siempre imaginé: la posibilidad de poder volcar en otro de un sólo golpe el dolor que se sintió durante mucho tiempo. 48 horas de dolor en dos segundos.
Mucho antes fue lo de Love will lead you back, mucho después la garganta afinada de Yuri con su Quién eres tú con ese «en medio» de la maldita primavera, of course. Como sea, decepción, dolor, separación, muerte… variables terribles. Y, sin embargo, entonces la música, como siempre. Para mí estas tres manifestaciones musicales, tienen su cosa técnicamente, que a ningún dios hará asombrarse, supongo. Pero de la nada y con poco hicieron mucho, al menos conmigo. Sin querer o queriendo, de algún modo son parte de esa biblia que no la compré, que la sigo construyendo, nota a nota, así.
Silvio Manuel Rodríguez Carrillo dice
Un grande el Oscar.
Abrazo, compa.
Gracias.
Jorge Roussel Perla dice
"Music is the art which is most nigh to tears and memory".
OSCAR WILDE.
Un abrazo! ^_^