allá por lo profundo de lo llano
de cruzar un mirar a media noche,
venciendo sin dolor a ese reproche
de ser juzgado enfermo estando sano;
allí donde cabrían dios y el diablo
taladrando desnudos diez mil soles,
sólo por referirse sus bemoles
en un decir carente de vocablo;
sería en lo sencillo el territorio
que lo salva de todo lo mortuorio
aprendido tras ver a sus impares
gozando del pesar en sus hogares;
el ámbito que lleva en el andar
sin que nadie le pueda soslayar.
Deja una respuesta