Ficha del libro
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Título: La verdad de las mentiras
Autor: Mario Vargas Llosa
Editorial: Seix Barrail, S.A.
ISBN: 84-322-0618-0
Nro. de páginas: 258
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La verdad de las mentiras
Se trata de una recopilación de diversos comentarios que hizo el autor acerca de determinadas obras destacadas del siglo XX. Estos comentarios tienen cierto aire de ensayo, y si bien «La verdad de las mentiras», título con el que comienza el libro, para muchos constituye un ensayo, hay que tener presente que el autor no expone la introducción a una didáctica, ni tampoco ningún tipo de doctrina, sino que expresa, en todo caso, un punto de vista sobre algunos aspectos de la literatura, que quizás le deja «la incómoda sensación de haber dicho algo que nunca da en el centro del blanco».
Cuando van apareciendo los títulos parecen escogidos algo arbitrariamente, sobre todo considerando el lugar y la fecha en la que fueron comentados. Sin embargo, al examinar la fecha de publicación de cada libro está claro que se ha seguido un orden cronológico vertical.
Los textos comentados son: La muerte en Venecia (1912 / 1988), Dublineses (1914 / 1987), Manhattan Transfer (1925 / 1989), La señora Dalloway (1925 / 1989), El gran Gatsby (1925 / 1988), El lobo estepario (1927 / 1987), Santuario (1931 / 1987), Un mundo feliz (1932 / 1988), Trópico de Cáncer (1934 / 1988), Auto de fe (1935 / 1987), El poder y la gloria (1940 / 1987), El extranjero (1942 / 1988), La romana (1947 / 1988), Al este del Edén (1952 / 1989), No soy Stiller (1954 / 1988), Lolita (1955 / 1987), El doctor Zhivago (1957 / 1989), El gatopardo (1958 / 1987), El tambor de hojalata (1959 / 1987), La casa de las bellas durmientes (1961 / 1989), El cuaderno dorado (1962 / 1988), Un día en la vida de Iván Denísovich (1963 / 1988), Opiniones de un payaso (Heinrich Böll / 1988), Herzog (1964 / 1988), París era una fiesta (1964 / 1987).
Vargas Llosa expone su visión de cada obra, señalando las particularidades que encuentra en cada una, alternando aspectos técnicos, como en el caso de lo que constituye un ejemplo de narrador en la novela «La señora Dalloway»; aspectos de fondo, como en el caso de «Un mundo feliz»; y anecdóticos, como sucede con «El cuaderno dorado». En la mayoría de los casos Vargas Llosa nos recuerda el contexto sociocultural del escritor y, a manera de guiño, también comenta las circunstancias en las que le tocó leer (o releer) cada volumen, de manera que uno puede tomar una apreciación subjetiva como objetiva.
En general, el autor resalta el valor de la ficción en las novelas, y encuentra en ella una necesidad y una herramienta de vía de escape momentánea respecto de una realidad que no llega a satisfacer al hombre. Esta ficción, denominada literariamente «mentira», se convierte entonces en un recurso que «altera» la realidad (modificando, añadiendo, restando) de manera que, reescrita, se vuelve más satisfactoria para sus lectores.
Pero, más allá de esta interpretación, hay que tener presente que coincidamos o no con cuál es la motivación última de la ficción, la misma, al menos en el arte es fuente de belleza.

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