Heliotropo
(del libro «Ritmo»)
Ni las veces que vuelo
ni todas en las que caigo
importan.
Cuentan, sí
los tigres sueltos en mi garganta
bebiendo un resto de sangre,
y la escalera en caracol
que lleva a un libro que no termina,
-como trazos de una historia
que escribe el aire sobre el agua-.
Sometido al ritmo
me sigo proyectando,
tallado de vos por tanta mañana
más allá de lo posible
y tanta noche fuera de norma,
todavía te aprieto
como la prenda más mía,
porque cuando no se pudo
pudimos.
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