¿Ha caído la calidad literaria? Pues yo creo que no, que el fenómeno que estamos viviendo, el de la proliferación hiperabundante de libros es lo que distorsiona el cristal con el que algunos miran.
Verás, con el avance de la tecnología, son miles de millones de usuarios los que tienen a la mano materiales de escritura de gran calidad.
- Soportes de escritura: a través de una computadora, tablet, o teléfono inteligente, se tiene acceso a programas como Word, que cuenta con un corrector e incluso un diccionario de sinónimos y antónimos. Cincuenta años atrás, esto implicaría al menos un par de libros físicos, además del papel y boli, o papel y máquina de escribir.
- Herramientas de apoyo: con una conexión a Internet puedes consultar diccionarios, realizar traducciones (y no tan básicas), buscar información sobre cualquier tema, y hasta hacer diversos test psicológicos para definir el perfil de los personajes de una novela en proceso.
- Plataformas de publicación y promoción: plataformas como Blogger permiten que los usuarios publiquen sus trabajos, pudiendo agregar imágenes, vídeo, y un montón de herramientas más. Si a esto agregamos que cualquier usuario puede trabajar y expandir sus redes sociales sin necesidad de invertir un dólar, pues la cosa está servida.
Sin embargo, para comenzar, normalmente el contenido de tanto bloguero y tanto aprendiz de influencer no suele ser un «contenido de calidad». Y, la verdad es que muchos usuarios por el solo hecho de tener un blog ya se sienten escritores. Y no es tan así.
Para rematar, el proceso de corrección no es «como antes», cuando se partía de la línea editorial establecida por el editor que servía como primer filtro para cualquier publicación. Luego venía el informe de lectura del lector cero, que implicaba una primera revisión, después le tocaba el turno al corrector de estilo. Subsanados los errores de estilo, le tocaba el turno al corrector ortotipográfico, al que le seguía el corrector de pruebas. Finalmente, el editor le daba un último repaso al trabajo.
¿Tú crees que un autor de autopublicación invierte en todo este proceso? Pues normalmente no lo hace, y los resultados están a la vista.
Es decir, publicar con calidad editorial tiene su costo, y no todos los autores están dispuestos a pagarlo.
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