10- El Uno – El Otro
Del libro Tres meses
El Uno
Antiguo entre los antiguos primigenios
diseñó el arte de bordar puentes,
erigido sobre un tesón fuera de norma
paseaba su estructura entre los pocos
enseñando palabra por palabra
la dimensión de los abismos
y la lengua de fuego con el que comenzaban,
entonces dibujaba
en el aire o sobre la arena
cómo habrían de comunicarse.
El Otro
animal de sombra, de noche cerrada
destruía distancias,
cargado de furia sapiente
sólo se dejaba intuir entre los pocos entre los pocos
para descargar la destreza de su puño inasible,
para mostrar y demostrar desde la no duda
el inconmensurable peso de cualquier gesto
capaz de hundir o hacer añicos cualquier separación.
Al Uno y al Otro
el imposible los unía,
y el Otro y el Uno
me entrenaron en el respirar abierto
y en el ahogo que no se dice,
en la poquedad del Uno sin el Otro
y en el poderío de hacerlos suma
desde el último fondo de los ojos cerrados.
Yo tejo puentes
y destruyo distancias,
carente de vergüenza respecto de mi nombre
aliento hasta mucho más lejos que el cielo el de los míos,
comunarizo mi boca y excomulgo mis manos
si hace falta,
pero en mi parpadeo cabe más que un universo
y no es posible el error en las acciones de mis dedos solos
si acaso un sordo emocional
se interpone en mi tarea.
Soy críptico como vulgar, sí
como lo es un triángulo
para quien no sabe de geometría.
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