2.5 El síndrome del impostor
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El síndrome del impostor tiene varias facetas, aunque todas más o menos tratan acerca del temor de no ser lo que auténticamente somos y luego, del «qué dirán de mí», lo que hace pensar en que seguramente se habrá de fracasar en la empresa. Sin embargo, tienes que considerar que vas a trabajar sobre algo que sabes, y que la finalidad última es la de transformar vidas a través de la comunicación de eso que sabes, de eso que es tu legado. Ya veremos más adelante que existen varios medios de componer tu libro, varias maneras de acomodarlo a tu voz y a tus lectores, pero en principio la empresa va de transmitir una información valiosa.
Compararse con otros
Uno de los errores que suelen cometer los que piensan en escribir un libro es el de compararse con otros autores que ya han cosechado bastantes éxitos. Normalmente esta comparación, a veces inconsciente, hace que la idea de escribir no prospere: «yo no podré nunca escribir como tal», «yo no tengo los conocimientos de cual», y frases similares. Pues la cosa va exactamente al revés, es decir, por más que pongas todo el empeño del mundo, no vas a poder plagiar a ningún autor y, justamente, la cosa va de sacarle el jugo a tu propia voz, a tu «yo mismo». Habrá lectores que preferirán leer el mismo concepto expresado por tus palabras, que expresado por las de otro autor.
Mi tema ya ha sido abordado
Si tu tema ya ha sido tratado no deja de ser una ventaja, porque puedes fijarte en cómo se encaró y ver qué te sirve y qué no. «Las 40 preguntas de toda madre primeriza – Respondidas» es un ejemplo, si tal libro estuviese en Amazon, un 10% de su contenido sería visible a cualquier lector, con lo cual podrías darle una mirada a ver qué ideas puedes replicar, qué cuestiones puedes evitar para no redundar, o qué aspectos puedes revisar, pero implicando un punto de vista diferente. Además, si sobre tu temática ya hay algo escrito, ¡es que tiene lectores!
¿Y si la embarro?
Otros de los temores normales es el que sienten los profesionales que ya tienen su prestigio ganado y no quieren arriesgar su imagen con la publicación de un libro. Pues sí, en lugar de escribir un libro para rubricar la autoridad que ya poseen, temen perder esa autoridad al publicar su libro. Mira, esto es posible en el caso de un profesional que escriba sobre algo que desconoce, digamos un ingeniero informático, jefe del área de desarrollo de Nokia (ya que estamos), y que decide publicar un libro de poemas, y sin tener somera idea ni de métrica ni de rima.
Si tu libro contiene tu experiencia, la particular perspectiva que tienes sobre tu temática, tan solamente estás escalando un peldaño más, un tremendo peldaño más, en la escala de tu estatus. Serán tus colegas –créeme, lo sé por experiencia– los primeros interesados en leerte, y fíjate en este detalle: más de uno te dirá «yo también quiero escribir un libro», y ya te imaginarás todos los consejos que les podrás dar, volviendo a experimentar cuánto puedes transformar, porque claro, la primera transformación que todo libro consigue es la del propio autor. Después de terminar tu libro, lo publiques o no, no serás la misma persona.
No soy nadie para hablar sobre este tema
El otro temor común en este ámbito del síndrome del impostor es el que tienen algunos profesionales que no se sienten una autoridad en el tema que desean abordar. Veamos, si lo tuyo es el diseño gráfico, es muy probable que no sepas mucho de psicopedagogía. Sin embargo, si tienes dos hijos a los que acompañas en el proceso de aprendizaje haciendo con ellos las tareas diariamente, es posible que tengas un método de estudio eficaz y que otros podrían imitar, si lo conociesen. Esto es, si sabes cómo resolver una situación y por experiencia propia, no necesitas que un título académico lo certifique, ¿me sigues?
Yo soy economista de profesión, pero, al margen, a lo largo de mis años practicando fútbol he tenido tres cirugías en mi rodilla izquierda. Ya me hubiese gustado tener un libro «Rotura de ligamento cruzado, mitos y verdades», o bien «Rotura de menisco, lo que debes saber del período de recuperación». Hoy, si quisiese, podría escribir un libro sobre mis experiencias con mis tres cirugías, transmitiendo una información de muchísimo valor para quienes habrán de pasar por esa situación, y sin haber estudiado nada traumatología ni de fisioterapia. ¿Te das cuenta? Es tu experiencia la variable que caracterizará a tu legado.
Es normal sentir una suerte de «miedo escénico», ese temor al «qué dirán». Un miedo que, como te dije al principio de este libro, no es más que una barrera que nuestro cerebro impone como idea a fin de no salir de la zona de confort. Como sea, es un miedo al que sólo tú puedes y debes vencer, apoyándote en la honestidad de tus intenciones, en la veracidad de lo que dices y en la pasión que tu legado significa.
Qué buen post, máster. Con esto quedan aclaradas todas las dudas.
Muchas gracias.
Me alegra, Abraham.
Gracias por comentar.
Más que nada en mi caso es el miedo a desnudarme ante el lector, ya que de todas las artes, la escritura es la que más se deja al ojo del que lee, ya que no es un arte conceptual como la música o la pintura, o como las demás, es más específico en la mayoría de los casos, siempre en la palabra es más fácil de analizar la psique del individuo.
Salud, Oscar, muchas gracias por escribir.
Efectivamente, al escribir nos desnudamos ante el lector, y todavía más si se trata de un buen lector, es inevitable. Como dirían los anglos, «viene con el terreno», y el asunto es asumirlo de una buena vez y listo. Al menos corres con la ventaja de que eres consciente de la situación, no es poco. Ahora, considera algunos aspectos:
a) Este desnudo es lo que te permite hacer catarsis. Uno de mis mentores, justamente, se sirve de la escritura para aliviarse, desahogarse, purgar sus demonios y tal. Y claro, de vez en cuando, también para disfrutar del arte de escribir.
b) Por otra parte, si examinas obras como «Contrapunto», de Aldous Huxley, o «El perseguidor», de Julio Cortázar, verás que son obras en las que el autor vuelca una parte o de su pensamiento y/o de sus emociones y sentimientos en sus personajes. Y sin disimulo. Es decir, si a ti no te gusta el fútbol, pues puedes desarrollar un personaje al que no le gusta el fútbol. Más que catarsis, aquí se trataría de dejar testimonio.
c) Todos tenemos filias y fobias y, tengamos o no tengamos éxito, somos juzgados por los demás. La diferencia es que si llegamos al éxito el número de juzgadores se eleva y no siempre uno está preparado para cifras gordas. Mucho pasa por conocerse, sobre todo, aceptarse y vamos. Porque, como en todo, por más que un libro sea una extensión de nosotros, nunca será nosotros.
d) Finalmente, y esto es algo radical, nadie comprende enteramente a nadie. Este postulado lo desarrollé en una novela, hace ya 26 años. Así, en tu desnudez, para algunos serás un genio hipertrófico, y para otros un escuálido aturdido, esto es así. Para algunos Coelho es un genio, para otros es infumable, y para algunos «La caverna», de Saramago es monótona, y para otros es sobradamente angustiante.
No vas a poder escribir todo lo bien y abundante que puedes si no vences el pudor al desnudo. Jung decía «hay que preguntarse qué es lo que impide llevar una conducta normal». Extrapolando, tienes que preguntarte qué te hace no querer exponerte.
Quizás podrías comenzar por ponerte del otro lado del mostrador. ¿Qué sientes cuando ves, cuando lees a alguien desnudarse? A lo mejor piensas: «ahora que está desnudo se encuentra vulnerable». ¿Vulnerable a qué?
Un abrazo y que estés de lo mejor.
Querido Silvio,
Leerte es insuflar sentido a lo que aparentemente era caótico.
¿Para cuando un libro sobre este tema que a tantos escritores nos deja por el camino? Abrazo grande y gracias
Salud, Lola, muchas gracias por escribir.
Si te refieres a un libro que trate de «cómo escribir un libro», pues hay muchos. Yo desarrollé este curso, que es bastante largo, con el objetivo de que mis lectores comprendan que no se necesita ser una suerte de elegido para dejar en negro sobre blanco el propio legado.
Justamente, entre escribir cada día un poco de este curso y escribir poesía, o algún relato, me volcaría por lo otro. Pero en un momento seguí todos los pasos que verás más adelante y listo.
A propósito, si quieres acceder a todo el curso de una sola vez, visita este enlace: https://dualidad101217.com/book/autor-de-elite-iii/
Un abrazo.
TERRIBLE APRENDIZAJE
Gracias por comentar, Diego.
Un abrazo.
Gracias Silvio. Tengo una percepción más concreta respecto al tema. Bendiciones. Eric Ruiz.
Gracias a ti, Eric.
Me alegra que el tema esté más claro. Amén, y espero que estés de lo mejor.
Salud, Lola
Es que es así, si lo piensas, los mentores siempre apoyan sus lecciones en experiencias propias. Normalmente, cuando pagamos por un curso, pagamos para ser entrenados por alguien que ya pasó por esa situación que queremos dominar.
Un abrazo y que estés súper.
«Es tu experiencia la que caracteriza tu legado»
Me la guardo en la recámara para cuando aparezca la voz del Impostor.
Gracias por compartir