¿Conoces a tu lector ideal? De tu lector ideal pasamos a tu público objetivo, es decir, al grupo de lectores que habrán de convertirse en los compradores de tus libros. De aquí su importancia, y aquí es cuando me suelen decir dos frases de cajón:
«A mí no me interesa vender»: pues da lo mismo que tengas tu libro para obsequiarlo gratuitamente, incluso si sólo quieres que tu mensaje se transmita, ya sea aportando una solución concreta que mejore la vida de las personas, generando valor intelectivo y/o placer estético, debes determinar quiénes son los que conectarán con tu trabajo.
«Mi libro lo puede leer cualquiera»: y a menos que sea un tratado sobre física cuántica o sobre las ecuaciones de campo, pues sí, es muy posible que tu libro lo pueda leer cualquiera. Pero el asunto es si cualquiera lo va a querer leer y lo va a saber apreciar. Este es el detalle.
Una vez que has determinado qué es lo que ofrece tu libro, puedes ir definiendo a tu lector ideal. Y para hacerlo, puedes partir de un ejercicio sencillo:
- Ponte en el papel de lector
- Elige a dos de tus autores favoritos y que pertenezcan al mismo género
- Piensa por un momento en cuáles son los libros que más te gustaron de esos autores y por qué.
- Ahora toma nota de tus propias características: edad, sexo, cuáles son tus gustos, cuál es tu ocupación, cómo disfrutas de leer esos libros, en qué horario lo haces habitualmente, eres extrovertido o introvertido, deportes que practicas, y todo el etc., que se te ocurra.
- Si tienes algún familiar cercano o amigo que tenga un autor, o un par de autores favoritos, realiza el mismo ejercicio, con este familiar o amigo como lector ideal de sus autores favoritos.
- Ahora, con la experiencia de lo ejercitado, comienza confeccionar el perfil de tu lector ideal.
Ya podrás armar tu discurso y tu calendario: si ya definiste que tu lector ideal juega al fútbol, es amiguero, pero no le gusta trasnochar y es fanático de los churrascos, por ejemplo, ya puedes ir preparando algunas entradas que hagan referencia a estos temas y calendarizarlas, por un lado.
Por otro, independiente del tema a tratar, ganarás confianza con el tono a emplear. Si tu público objetivo son madres de entre 20 y 25 años que le leen cuentos a sus hijos de 3 y 4 años, tu tono va a ser muy diferente del que emplearía si tu público objetivo son hombres de entre 40 y 45 años que gustan de la poesía clásica.
Estos son sólo dos aspectos básicos que se convierten en ventaja cuando tienes bien definido a tu lector ideal.
Convierte tus lecturas en un libro exitoso
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