Tema vs. Argumento: el tema es la idea principal que se expone a través de una historia, la cual se relaciona con el conflicto que usualmente enfrenta el protagonista.
Dicho esto, podemos entender que la historia puede ser muy compleja, como la de varias familias de tres generaciones diferentes que van atravesando diversas situaciones, noviazgos, casamientos, peleas, reconciliaciones, ascensos laborales, etc. Sin embargo, más allá de las posibles situaciones dramáticas que puedan vivir sus personajes, el tema podría ser la identidad nacional de las mismas luego de la Segunda Guerra Mundial. O bien, luego del descubrimiento de América, debido al mestizaje.
La historia puede transcurrir a lo largo de 12 años en un instituto de arte en New York, y puede tratar de las idas y venidas de varios personajes que sufren y gozan estudiando pintura, ballet o música (incluso alguno de ellos llegan a tener una relación romántica entre sí). Sin embargo, el tema es cómo a una mujer le resulta tiene menos (o más) posibilidades de triunfar en tal rama del arte.
Muchas veces el autor concibe el argumento, la historia, sin tener claramente cuál es el tema subyacente de lo que ha concebido. Otras veces, parte del tema, que lo tiene claramente definido, y a partir de ahí desarrolla su historia.
Si lo analizas, comprenderás la importancia de tener nítidamente definido el tema, puesto que así lograrás mantener la cohesión de todos los personajes y acciones en torno al mismo. Y claro, los lectores también lo notarán.
Cuando el tema está bien trabajado se logra un texto que fluye sin dispersiones, y aunque haya picos de desinformación o giros inesperados, el lector no se queda en ninguna nebulosa, porque siempre está guiado hacia una misma dirección.
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