Cómo encarar un pedido de lectura: si vienes trabajando correctamente tu marca de escritor, no sólo te estarán siguiendo aquellos contactos que gustan de tu estilo como tal, sino también aquellos que sacan provecho de la información que aportas, así como del criterio que emites sobre diferentes temas de actualidad. Pero, además, es seguro que con el tiempo habrán de seguirte algunos posibles «colegas», es decir, contactos que no solamente leen, sino que, como tú, también tienen la pasión por escribir. Y, por supuesto, serán autores que se asemejen al género en el que tú te desenvuelves. Es decir, si tú vas de poesía, lo normal es que te contacten poetas.
El pedido de lectura: considerando el panorama anterior, llegará el punto en el que un autor que no ha publicado, o que ha publicado algún libro, aunque sin mayor éxito, te pida que leas su libro y le des tu opinión. Así, como si se tratase de la degustación de una copa de vino, y como si tú tuvieses no sólo el ánimo, sino el tiempo para hacerlo, cosa que no siempre es así, porque además de tu rutina de escritor, tienes la de promocionar tu marca, la que te demanda tu familia, y muy seguramente la que te exige un trabajo con remuneración fija.
¿Qué hacer? Yo he ido probando diferentes posturas, hasta decantarme finalmente por una suerte de «tablas», es decir, acepto leer sólo una parte de cualquier trabajo, 5 páginas, como mucho 10. Si las primeras 2 están llenas de errores, no tiene caso avanzar más. Si la cosa va bien, es llegar hasta la 10 y hacer sugerencias de fondo y tal. De esta manera, me exijo leer cosas inéditas, siempre viene bien, al tiempo que me solidarizo con los colegas que desean sacar provecho de una opinión experta.
Dos puntos a considerar: una vez que aceptes leer el trabajo de un colega, considera que tienes en tus manos parte de su alma, algo sagrado. Así que debes dedicarle tiempo de calidad como también una respuesta de altura. De lo contrario solamente te estarás perjudicando, y de una manera innoble.
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