Ficha del libro:
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Título: Los asesinos del emperador
Autor: Santiago Posteguillo
Editorial: Editorial Planeta S.A.
ISBN: 978-84-08-11832-9
Nro. Páginas: 1224
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Los asesinos del emperador
por Silvio Rodríguez Carrillo
Si no demasiado, por lo menos sí es llamativamente inusual la manera en la que comienza la novela, que es con el relato de los momentos finales del emperador Domiciano. Sin embargo, al mismo tiempo constituye una apuesta, una suerte de desafío porque entonces el lector vislumbra que el autor tendrá que recurrir a mucho de su narrativa para sostener la historia, y así lo hace. También llama la atención –dado ese inicio– que no se ocupe mayormente ni de Galba, ni de Otón, y de Vitelio sólo apenas, cuando por el “año de los cuatro emperadores” merecerían un tratamiento extenso.
Siendo Vitelio el emperador, tenia de su lado a las poderosas y experimentadas legiones de la Galia y Germania, es decir, las mejores. Mientras que a Vespaciano le declararon fidelidad las legiones de Iliria, Moesia y Panonia. Así las cosas, el enfrentamiento entre Vitelio y Vespaciano era inevitable, sin embargo, Vespaciano en lugar de ir a Roma va a Egipto, esto, para asegurarse la provisión de grano, y quien va al encuentro de Vitelio con las tropas de Vespaciano es Marco Antonio Primo, quien derrota a Vitelio en la Segunda Batalla de Bedriacum. Curiosamente, de esto no trata mucho el autor.
De lo que sí nos deja saber, y es aquí donde comienza a tomar vigor la novela, es del asedio a la ciudad de Jerusalén, de la cual estaba encargado Vespaciano y cuya empresa deja a cargo de Tito, su primogénito. Aquí el relato se vuelve intenso, porque Posteguillo alterna los avatares del asedio –que del lado de los judíos implica a sicarios y zelotes, y del lado de los romanos a Tito y al legatus Trajano el Mayor–, con la vida de Trajano hijo en Hispania, y con la problemática de Vespaciano encarando ya la política interna de Roma.
A partir de la victoria de Tito sobre los judíos –y su posterior espectacular triunfo en Roma–, el autor va marcando la afinidad entre Vespasiano y su primogénito, como la distancia de estos dos respecto de Domiciano. Con pequeños detalles de demiurgo, la descripción de un gesto, de una postura, o con alguna frase colocada con precisión en un diálogo, la sicología de Domiciano se va dibujando y cobrando fuerza a medida que sucede la muerte de Vespaciano primero, y la de Tito después. En este crecimiento del personaje de Domiciano se luce el saber hacer como escritor de Posteguillo.
Otro buen pasaje es el relato de la batalla de Tapae (la del 86 d.C., donde las legiones al mando de Cornelio Fusco enfrentaron a la coalición del rey Decébalo), porque la misma se nos presenta desde los entretelones de los palacios contrincantes, incluyendo tanto a los gobernantes como también a sus mandos medios, o sea, a los generales de los ejércitos implicados. Mirando el mapa que viene con el libro, aquí uno pudiera aventurar alguna estrategia diferente a la empleada por los romanos, sin embargo, es con la coyuntura ofrecida por el autor que se sustenta la que entonces fue aplicada.
También la batalla entre Saturnino y el emperador Domiciano constituye uno de los pilares de la novela, en tanto que en los capítulos que la relatan no sólo se detallan las fortalezas y debilidades de cada ejército –y cuánto podría cambiar la superioridad de uno y otro–, sino porque en ellos también se definen con precisión el carácter de los guerreros que componían el círculo más íntimo de cada general, con lo que se luego se vuelve mucho más comprensible en qué puesto terminan, como el caso de Norbano, que acaba ejerciendo la jefatura nada menos que del Pretorio.
“Los asesinos del emperador” es el primer libro de la trilogía de Trajano, abarca treinta y cinco años de la historia de Roma y gira alrededor del acceso al poder de la Dinastía Flavia –que culmina con el terrible Domiciano, tras una cruel conducción del imperio–, y de la formidable personalidad de Marco Ulpio Trajano, quien resultó, gracias a una increíble maniobra política del emperador Nerva, siendo el primer emperador hispano de la historia. Una novela que transcurre a través de los silencios necesarios en las cenas de palacio y las estrategias puestas en marcha en las fronteras del imperio.
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