Qué sería de mí, de mis historias
si viviera escribiendo lo que pasa
entre cada silencio y la palabra
que lo dice sin miedo a la deshonra.
De qué color serían estas rosas
azules, asesinas, que me arañan
lo cruel que crece y medra en mi mirada,
si algún día explicase mi ir en contra.
Tal cual ves, y me siento, soy lo lúdico
como respuesta fiel a un dios imbécil
que no supo tratarme como a un hijo.
Y soy el padre horrible que desnudo
vive bajo su propia, exacta, ley,
cuidando con fiereza a sus pollitos.
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