1- ¿Qué más puedo pedir de mí?
«No lo puedo evitar»
apenas concibo un inicio
apenas concreto la gestación de un impulso,
me lleno de imposibles, de fechas por vencer
sintiéndome semilla con un kilo de tierra encima,
latiendo pleno todas mis limitaciones
es
como puedo respirar lo notable
de ser de aquí y de todos lados.
Prescindiendo de patrias y banderas,
de todas las reglas que en realidad evito,
como evita el mar a una ciudad
–destruyéndola, de cuando en vez–,
embisto mi nombre, mi luz y mis sombras
comparándome con lo que no fui:
el abrazo obligatorio tras un papel firmado.
Ni orgullo, ni vanidad,
de repente las manos gastadas de no tocar a nadie,
o los ojos cansados de ver gente
mirando lo que no ven con mis párpados cerrados,
como el café y el azúcar una mañana
o un whisky de tres años con dos cubos de hielo alguna noche;
así mi tristeza y alegría de lo que consigo
y no comparto, aunque a cada verso lo entrego.
¿Qué más puedo pedir de mí?
Deja una respuesta