Dejá que Egipto, que Escocia y que Irlanda
saluden, –cómplices altos, rebeldes–
el desvarío que soy si tributo
mi andar sin trapos al mástil, sin fechas.
Que cada copa ganada y vertida
significando mi símbolo acuario
siga, mantenga y eleve las notas
que no pronuncio si esculpo un silencio.
Y si podés, ya que estamos, mi bien
te vas quitando la ropa, los juicios
y los modales de santa, los moldes
que es navidad, y es febrero, que todo
arde en mi espalda en tu vientre en el aire
y sabe bien apostarnos lo azul.
Acerca del verso de gaita gallega.
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