“Cualquier escuela es buena, pero desconfía de aquellas que no incluyen medrar como objetivo.”
Asira.
No es por ganar un reto que se arroja impetuoso
el granizo en carrera contra la tierra muda,
o por ver si en su ataque de hielo le desnuda
algún símbolo oculto, algún secreto hermoso.
No desprecia al enfermo el líder poderoso
que obliga a la manada, sin atisbo de duda,
a continuar la marcha si sabe no hay ayuda
y acaso el detenerse resulta peligroso.
No le buscan los ríos a las diez mil montañas
el hueco de la nada, el tropiezo del yerro
tan sólo la recorren arrastrando el futuro.
No pretenden las truchas abonar las entrañas
de los osos que esperan con sus garras de fierro
sino vencer la muerte llegando a lo seguro.
Buen punto, compa. Justo la distancia entre la Filosofía y la Teología, la dimensión del "por qué" frente a la dimensión del "para qué". La palabra clave: medrar.
¡Abrazo, mi estimado!
¿Para qué dormimos, para qué comemos? Dormimos, comemos…
Una respuesta impresionante y difícil y sencilla.
¡Un abrazo! ^_^