va a llegar la noche
esa media tarde
una mañana completa terrible iridiscente
en la que de golpe y sin aviso
con todo cristo buda y santa Teresa mordiéndote los talones
recordarás
el modo de mi rostro
por arriba de mi remera blanca
cuello alto
mis formas de niña
por encima de mis músculos de medio hombre
la precisión de mi voz
diciendo lo que jamás habías escuchado
y el brillo de mi ojos
amándote como no habrá de repetirse
yo fui de vos
podrás decir
con el orgullo que tienen los que pierden
y viven para contarlo
después
todo volverá a ser esa ausencia
que por un orgulloso hipócrita descuido
levantaste entre tu sexo y mi sed inagotable
tus amigas
el té
y la sociedad de las gordas inservibles para afectos extremos
mientras aquí yo sigo
ebrio de la que viene a mí
admirativa y cómplice
sí
cómplice
como todo dios de sus errores
ardiente como un error
que busca el cuello de su dios
como te enseñé
no tengo nada que enseñar
salvo cicatrices
y algunas perfecciones
ya no me importan
por ejemplo
los que SE mienten
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