Los personajes secundarios
Son los ayudantes: pero no sólo del protagonista, sino también del antagonista, esto no se puede perder de vista. Son tremendamente importantes, como también complicados de generarlos con suficiente intensidad porque, si bien deben ser, en cierta medida una proyección del protagonista y/o antagonista, no deberían estar enteramente de acuerdo con ellos, no deberían ser unos ciegos esclavos obedientes y, acaso, lo ideal sería que en algún punto ofrezcan una abierta oposición y, además, establezcan ciertos puntos en común con el lado contrario.
En el detalle, un personaje secundario puede ser el complemento del protagonista, ser fuerte donde aquel no lo es, y viceversa.
La ventaja de las ausencias: a diferencia del protagonista, que más o menos debe participar en la historia de manera constantemente, los personajes secundarios pueden ausentarse de la trama por un período indefinido. Como resultado de un boicot y parecer sospechoso de traición, el consejero del rey puede ser recluido en la torre; la madre de la mejor amiga de la heroína ha caído enferma, y entonces debe acudir junto a ella al otro lado del país. Innumerables subtramas son posibles, sobre todo cuando algún personaje secundario adquiere una relevancia que no se había previsto y que podría opacar al protagonista.
Subtramas: justamente, las subtramas sirven para apuntalar la trama principal, que es el tema subyacente de la historia. Si el contexto, por ejemplo, es el de la época cuando en Francia se luchaba por conseguir el voto femenino, en la subtrama, el personaje secundario puede ser el médico que practicará un aborto a la protagonista, que es una gran activista a favor de los derechos de la mujer. Esto es, es importante que los personajes secundarios y la subtrama que llevan estén conectados con el protagonista y la trama principal.

Asesoría y Marketing para escritores.
#Dualidad101217 #ServiciosEditoriales #MarcaDeEscritor
©Dualidad 101 217
©Silvio Rodríguez Carrillo
WSP +591 77078889
Deja una respuesta