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Título: Síganme hasta la conquista del objetivo final
Autor: Juan Simón Paredes
Editorial: Imprenta Salesiana
Nro. Páginas: 109
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Síganme hasta la conquista del objetivo final
por Silvio Rodríguez Carrillo
La historia comienza el 13 de enero de 1939, cuando nace Juan Simón Paredes en la Colonia Obligado, departamento de Itapúa y, desde ahí, con el dato de que el acta Nro. 4 fue confeccionada el 28 de marzo de 1951 uno puede ver desde fuera esos días en los que se podía cruzar toda la infancia sin necesidad de cédula de identidad, porque claro, eran días en los que justamente, la identidad no estaba representada por un papel plastificado y un número de serie, sino por la trayectoria propia y la de la familia que a uno lo fue criando.
Apenas iniciado el libro tenemos una fotografía familiar a color en donde aparece el protagonista junto a su familia primera y, apenas unas páginas después, una impactante toma en blanco y negro del día de su boda, presentándose un juego entre la movilidad del tiempo (avances tecnológicos incluidos) y la permanencia de uno de los valores que siempre caracterizaron a Paredes: la fidelidad. Una fidelidad aprehendida en el seno familiar, sin duda, pero reforzada y sostenida por la experiencia del amor, que tan bien suele ordenar las demás piezas cuando la intención que guía los actos tira para el lado claro.
Al repasar su carrera, considerando tan sólo la diversidad de destinos geográficos que le tocó transitar y los diversos objetivos a cumplir en cada misión, uno más que nada se pregunta el cómo se hace, si cuál la técnica, cuál el método. No hace falta razonarlo demasiado porque el autor mismo nos da la vía cuando dice “con la disciplina, honestidad, dedicación, coherencia, amor, celos, puntualidad, respeto, iniciativa y justicia”, evidenciando con el ejemplo vivido que la distancia entre el deber ser y lo que uno es necesariamente se allana, se toma y se domina ejerciendo en ello una imperturbable constancia.
Aunque lo anterior pudiera parecer difícil de llevarlo a la práctica, más difícil aún resulta aferrarse al propio estilo de vida resultante, cuando si no la propia carrera el futuro de ella está en juego. Marco esto en relación a los hechos del 2 y 3 de febrero del 1989, ahí cuando el protagonista piensa, siente y decide, asumiendo todas las consecuencias a sabiendas que aunque la decisión es solitaria los resultados afectarán a más de uno. Alta emocionalidad y humanidad se vuelcan en el recuento de este punto histórico que difícilmente olvidaremos los que estuvimos en Asunción en esas fechas.
Si bien esta biografía está contada con la carga sentimental que implica repasar una vida desde dentro, no deja de aparecer en ella la parte intelectiva de Paredes, como también la exposición imparcial de diferentes puntos de vista ante una misma situación. Anécdotas jocosas no podrían estar ausentes, y sirven para redondear el carácter del actor, que a lo largo de su trayectoria ha sabido comprender y valorar sus posibilidades, explotando el conocimiento de la cuota de sacrificio muchas veces necesaria, como disfrutando del buen humor del que nunca careció. Todo un regocijo saber un poco más de un hombre notable.
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