Te quedas
Lo duro es que te quedas, respirando terrible
mi no poder llegar a la cima del ansia,
que me nace de un lejos al borde de la muerte
que tú sabes y callas generando presión.
Mientras tanto el discurso, la noche y sus aristas,
en una espera sorda que prohíbe las fiestas
y te vuelve testigo a un lado de la herida,
para vivir la trama que nunca nos incluye.
Intento el olvidarte y el derroche emotivo,
tratando de borrar con algunos excesos
esta clarividencia que me sujeta a ti
y hace que me pregunte: ¿cuánto más por perder?
Entonces tú te quedas como un sol pernicioso,
como noche instalada a la mitad del pecho,
en la cruel comisura de mis labios tan tuyos
esperando que diga la palabra que nunca
he sabido decir, y que es la que nos une.
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