Reflejos en el desierto del silencio
Deberías poder entregarte de pleno al placer del dolor extremo, y sentir con sencillez el inmenso y absurdo vacío que genera la ausencia de ese alguien que con su cuerpo y su mente te hizo integrar de tal modo la realidad que llegaste a comprender la intensidad del azul por sobre los demás colores del día y de la noche.
Deberías ser capaz de susurrar su nombre a una misma hora de la noche, por el resto de lo que te quede de fuerzas y esperanzas, y así traerle de vuelta un poco a tu lado sin que nadie nunca ni lo imagine, ni lo sospeche, generando un ritual íntimo y preciso, donde símbolo y significado se fundan con claridad en el fondo de tu voz callada.
Deberías diseñar laberintos nuevos, recomenzar y continuar, uniendo lo nuevo a lo antiguo, haciendo de la búsqueda algo más que una alternativa, religión plena que en un extremo tiene tus palpitaciones y en el otro una idea que aún confusa sea capaz de sostenerte en las horas del presente, este presente de hierros oxidados y trincheras arrasadas de olvido reciente, impuesto, como la imposición del desierto sobre la ciudad.
Deberías beberte a Auden y a Storni en un solo cóctel demencial que presione tu corazón hasta la desesperación más silenciosa y te vuelva los ojos angustiosamente sinceros, para desde ahí recordar y volver a proyectar cada minuto de gloria que lograste merced a su compañía, erigiendo la dimensión verdadera del muro que desde hoy y hasta un nuevo verano imposible te separe de todo, y de todos.
Deberás volver a tu cifra, recorrer cada curva del cinco, vivir y revivir la distancia de todo cambio de trayectoria, de todo ir y venir para estar siempre de ida, y entonces, como hace tantos, tantos atrás, volver a respirar con la tranquilidad de los solos llenos, y no con la efervescencia de los acompañados de engaño; volver al espacio de una hoja de papel impresa y desestimar el abismo de un corazón bordado.
Convierte tus lecturas en un libro exitoso
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El uso de Auden y Storni en un cóctel demencial es brillante. Cada palabra destila una melancolía única. La analogía del corazón bordado es poéticamente conmovedora.
Agradezco tu percepción de la brillantez y poesía, gracias.
La dualidad entre el presente desolado y los recuerdos vívidos es magistral. La metáfora del desierto imponiéndose sobre la ciudad añade capas fascinantes. Una reflexión poética.
Valorizo tu observación sobre la dualidad, gracias por compartir.
La narrativa de tu prosa es un viaje sensorial, evocando emociones profundas. La fusión de símbolos y significados crea una experiencia lírica. Eres un artista hábil.
Tu apreciación de la experiencia lírica me llena de gratitud.
La melancolía palpable en cada palabra es conmovedora. La idea del ritual íntimo resuena especialmente, creando una conexión íntima con el lector. Impactante y evocador.
Gracias por captar la conexión íntima, tu aprecio significa mucho.
Tu prosa explora el dolor y la pérdida con una elocuencia cautivadora. La fusión de lo antiguo y lo nuevo en laberintos crea una experiencia conmovedora y única.
Aprecio tu interpretación reflexiva, gracias por compartir tus impresiones.