Ponte como objetivo escribir mejor: mira, está muy bien escribir de acuerdo a la inspiración del momento, eso como línea general funciona, lo sé muy bien porque yo me muevo así básicamente. Pero, ya sea que vayas como escritor de brújula o como escritor de mapa debes esforzarte por escribir cada vez mejor, y esto poco tiene que ver con la inspiración, las musas o las motivaciones, sino con un sistema de elecciones.
Cuando escribimos no sólo elegimos un tema, sino que también elegimos la voz del narrador, los personajes, cuáles serán los discursos y en qué tono serán empleados, qué información será expuesta y cuál será deliberadamente omitida, en qué escenario desarrollaremos la trama, etc.
Como ves, si siempre sigues una misma línea, la que normalmente te funciona, no vas a mejorar. Lo único que vas a lograr es estancarte. Entonces, si quieres mejorar, no hay otra que tomar riesgos y cambiar las variables que implican el desarrollo de tu historia.
Un ejemplo concreto, en ocasiones ejercito el relato desde un personaje opuesto a mí, como una madre o una esposa. Converso, investigo, interactúo con personas que cumplan con este perfil y luego desarrollo el personaje y narrador. Este ejercicio no sólo le da amplitud a tu escritura, sino que te da mayor foco a la hora de encarar cualquier historia.
Por supuesto, aquí volvemos al consejo más tópico de todos: la lectura. Puedes dejar de escribir, pero no debería dejar de leer. Leer mucho y variado es la base de una buena escritura. Leer poesía te ayudará a incrementar tu capacidad de resumen, porque las figuras literarias como las metáforas son frecuentes. Leer novelas te ayudará a variar el tratamiento de los personajes y a encontrar mecanismos para hacer que los diálogos sean fluidos y veraces. Leer ensayos hará que puedas cobrar amplitud en lo conceptual.
Como dicen en ciertos ámbitos, «en la variedad está el gusto», y los mejores escritores sí que saben variar, aun dentro de una misma temática.
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