Palabras que lastiman
Seguro has notado cómo algunos libros de autoayuda, en su afán de motivar, terminan lanzando frases cortantes como dardos. “Si no logras tus metas, es porque no te esfuerzas suficiente”, “Eres el único responsable de tu dolor”. ¿Te suena? Esta forma de violencia simbólica, disfrazada de empoderamiento, puede ser devastadora para quienes ya cargan con heridas emocionales.
La violencia simbólica no es visible, pero deja marca. Consiste en mensajes que, bajo apariencia de ayuda, refuerzan la culpa, la vergüenza o el autosabotaje. Lo grave es que muchas veces el lector no lo nota: internaliza estos mandatos y, lejos de sanar, refuerza su propio malestar.
Aplicable y concreto: la próxima vez que escribas un texto motivacional, revisa cada frase y pregúntate: “¿Estoy proponiendo una salida, o solo reforzando el dolor?” Haz el ejercicio de transformar cualquier afirmación absoluta (“todo depende de ti”) en una pregunta que abra posibilidades (“¿qué depende realmente de ti y qué no?”). Por ejemplo, en vez de sentenciar: “El éxito es una decisión personal”, puedes plantear: “¿Qué decisiones están a tu alcance hoy y cuáles no dependen de ti?”
Este cambio de enfoque no solo humaniza tu mensaje, sino que también valida la experiencia real de quien te lee, reconociendo que hay variables fuera de su control. Así, evitas perpetuar traumas y creas un espacio seguro para el autoconocimiento.
Recuerda: tu palabra tiene poder. Úsala para abrir caminos, no para cerrarlos.
Si necesitas asesoramiento para posicionar tu libro y tu marca de escritor, estoy a tu disposición.
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®Silvio Rodríguez Carrillo
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Gracias por esta reflexión tan necesaria, Silvio. Me pareció profundamente valioso cómo señalás la violencia simbólica que a veces se esconde en mensajes de autoayuda aparentemente motivadores. Es cierto: frases como “todo depende de ti” pueden cargar al lector con una responsabilidad excesiva, ignorando realidades complejas que escapan de su control. Transformar afirmaciones tajantes en preguntas abiertas me pareció una propuesta concreta, empática y ética. Este enfoque no solo humaniza la escritura, sino que genera un espacio de acompañamiento real, donde el lector se siente comprendido en lugar de juzgado. Escribir con conciencia emocional es un acto de respeto y responsabilidad. Gracias por recordarnos que las palabras no solo motivan, también pueden herir… y que está en nosotros elegir cómo usarlas. 🌱📚