Ganar dinero solucionando problemas
De entre las varias maneras de ganar dinero existe una que pudiera ser la más recomendable de todas, y es la de que te paguen por solucionar un problema. Como ves, en esta simple exposición ya tenés un montón de variables –sobre las que podés volver para examinarlas con toda la profundidad que querrás–, y que básicamente son tres. Primero, ubicar tu atención en un punto en donde haya gente con dinero; segundo, que esta gente tenga un problema; y, tercero, que vos seas capaz de solucionarle a esta gente ese problema que tiene. Hasta aquí parece sencillo, ¿no?
Pues la cosa no es tan sencilla porque, en realidad, hay un montón de mediocres, de ineficientes, para no nombrar a los estafadores, que ya están engrosando la lista de los que supuestamente van a solucionar tal o cual problema, y que te anteceden, quizás por varias generaciones. Luego de estos malandrines, que son los que cobran barato y desprestigian tu rubro, están los que sí saben del tema, y que son los que cobran caro, o por lo menos el precio justo, y que hacen de filtro para que el gremio cotice a nivel de «donde las águilas se atreven».
Pero, aquí el chiste que tenés que entender, y bien, es que solucionar un problema, no necesariamente pasa por 15 años de instrucción académica, o 25 años de experiencia, no, no necesariamente. Solucionar un problema es solucionar un problema y, ante todo, implica realizar una labor sin errores. Si lavás un auto, es dejar el auto sin una miga dentro, usés o no aspiradora, listo. Si sos el que lleva y recoge a los chicos del cole, es ser puntual siempre, listo. Si hacés el mantenimiento del aire acondicionado, es dejarlo reluciente, como nuevo, listo. Va de hacer las cosas cabalmente.
Aquí fijate que se da la situación de que hay gente a la que se le paga para que solucione un problema y termina pidiéndole ayuda a quien le contrató para que le solucione ese problema ¿te parece? Te pago para que mudés los muebles y me pedís que te ayude subir el ropero, por ejemplo. Y hay algo peor, se da que le contratás a alguien para que te solucione un problema y lo empeora. Le contratás a un albañil para que te levante un muro, lo hace erróneamente, se cae el muro y mata al perro de tu vecino.
Del lado de la oferta, hay que ser sinceros y ofrecer solucionar eso que realmente podemos solucionar, para que no haya quejas posteriores. Del lado de la demanda, no hay que ser idiotas y esperar más de lo que está a la vista, sino aceptar sólo aquello que está acorde a lo que condice con el oferente, atenerse al «¿qué podés esperar de?». Asumiendo la realidad de las cosas es la vía por la cual esa realidad puede cambiarse, mientras el oferente no asuma la calidad de lo que ofrece, y el demandante ni se lo plantee, los precios serán «así».
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