Entre la severidad y la indulgencia
Hay momentos en los que debemos ser exigentes, momentos en los que incluso va de probarnos a nosotros mismos de qué estamos hechos. Cualquiera inicia un proyecto, cualquiera comienza a escribir una novela, o un poemario, pero a mitad de camino, cuando por A o B aparece el desaliento, el cansancio, las dudas, y el camino comienza a volverse cuesta arriba la cosa no es tan sencilla. Es entonces cuando hay que ponerse en la vereda de la severidad y no cejar en el esfuerzo, en continuar hasta recuperar el ánimo sin aflojar el ritmo.
Sin embargo, tampoco hay que caer en la tozudez irrazonable. Debemos ser inteligentes y prestar atención a todas las señales que nos presenta el camino, a todas las alertas que nos ofrecen lo que sentimos mientras avanzamos hacia nuestro objetivo. El dolor de estar equivocados, quizás, es eso mismo, y tan sólo eso, un llamado a rectificar, por lo que entonces cabe pasar al otro lado de la vereda y ser indulgentes con nosotros mismos para volver de nuevo al equilibrio dinámico y seguir hacia adelante.
Como dice un maestro el éxito no es para el primer haragán que quiera obtenerlo, y la felicidad todavía menos, agrego yo. Pasarla bien implica esfuerzo y una atención continua porque, como afirmó Heráclito, nadie se baña dos veces en un mismo río. Imagínate tu vida como escritor estando en Kiev hace dos años, e imagínate cómo sería hoy día, para darte un ejemplo drástico de un cambio de escenario externo. Y en cuanto a lo interno, sin cambio de escenario externo alguno, todos cambiamos por una simple condición biológica, por el simple paso del tiempo más tarde o más temprano.
Fluir con los cambios naturales (y no tan naturales) es aprender a oscilar entre la severidad y la indulgencia.

Si necesitas asesoramiento para posicionar tu libro y tu marca de escritor, estoy a tu disposición.
#SilvioRodríguezCarrillo #Dualidad101217 #ServiciosEditoriales #MarcaDeEscritor
®Silvio Rodríguez Carrillo
WSP +591 77078889
Deja una respuesta