Ejercicio 5 – Pre-sentidas
Cada día un quilombo nuevo y por estrenar,
si no era la planilla de adelantos en cuenta
era San Pablo fuera de enlace por tormenta,
sin decir que después había que rajar
al examen de química; y más luego a entrenar
el lleno y el vacío que el kwan tanto acrecienta,
cambiando brutalmente eso de «compra y venta»
por un simple y redondo «me tengo que ganar».
Era preciso entonces arrancar con decencia,
con mate bien amargo y la abuela ahí al lado
en silencio brutal de disfrute sagrado,
y cerrar la jornada abierto a la demencia,
con alguna novela que me cuente otras vidas
esas que ya llevaba en la piel pre-sentidas.
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