Diario 13
Hacía años que había llegado a una edad en la que algunas cosas ya eran suficientes, bastantes. Pero no había peligro, porque los otros seres seguían constituyendo sólo un elemento más del paisaje, cuya ausencia no afectaba de manera definitiva, ni siquiera de manera dramática, el tono de los momentos, los colores del tiempo transitado. Había logrado, al fin, que nadie fuese suficiente como para alterar lo importante de un espacio determinado.
Sin embargo, ya nada era lo suficientemente importante.
La tensión permanecía.
Deja una respuesta