Cómo encajar las críticas: como casi todo, la cuestión es el enfoque. Mira, si un día decides aprender a tocar el piano seguramente tomarás clases con un profesor. Este profesor te irá dando indicaciones, marcándote tus errores y así, con el tiempo, practicando, irás mejorando. Hasta aquí, creo que en ningún momento habrás de enojarte con el profesor porque te indique tus errores, ¿o sí?
Por supuesto, no te voy a negar que en un punto duele que nos señalen algún error. Quizás sea el ego, el orgullo, la vanidad, lo podemos analizar durante eones, pero es lo de menos.
Lo importante es: ¿queremos que nuestro texto esté lo mejor posible? Si la respuesta es «sí», todo comentario y/o crítica sirve, incluso, entiéndeme bien, incluso la opinión de alguien que no sabe de literatura. Como decimos en marketing, el no también sirve, y mucho.
Lleva su tiempo, lo sé muy bien, pero en un punto lo único que te queda es queda es el sentimiento de gratitud por los que te señalan tal o cual error, o por los que te aportan su visión porque sin duda son quienes te han ayudado a mejorar. Porque créeme, con palmaditas en la espalda y «qué bonito que escribes» no se llega lejos.
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