No hay oficio más duro y placentero que el de la escritura. El acto de crear todo un mundo a través de la palabra es difícil, y aún más si después de lograr una historia con un nivel de calidad que nos reconforte no se cuenta con un editor que ponga manos a la obra y se identifique con ella. Que entienda la imagen final que el autor quiere trasmitir y se dedique a corregir hasta el más mínimo de los detalles.
Eso encontré en el editor y escritor Silvio Rodríguez Carrillo, un trato excelente y profesionalidad desde el primer momento, además de un alto nivel de estudios, con un aval de más de diez años dedicados a la edición y corrección de varias obras.
No menos podría decirse como escritor, quien cuenta ya con una trayectoria sólida, con un lenguaje moderno y rico en imágenes, símbolos tangibles de los grandes de la literatura latinoamericana y universal, lo que lo hace más idóneo para entender la poética que cada escritor quiere lograr en su obra y trabajar en esa dirección con toda la celeridad y calidad que el escritor siempre exige.
Sin dudas, no podría dejar de recomendar a quién considero ha hecho la mejor edición de mi obra, quien me ha hecho tener una visión renovadora de la forma de editar cada texto contemplando desde los pequeños detalles hasta la totalidad del libro.
Todo cuenta en este universo digital, donde existe tanta información gratuita. Por lo que la calidad debe ser el fin indiscutible para superar la barrera del tiempo que va marcando la verdadera valía del escritor.
Ediciones Dualidad 101 217 es el oasis que perdura en el desierto, tras la publicación de El amor es un perro del infierno por este sello, volví a sentir el desgarramiento interior que siente cada autor al crear una nueva obra, además de reescribir nuevamente pasajes que entorpecían la imagen, releer muchas veces y tener otra opinión, formándose entonces posibles mundos para la historia editada. Son las cosas que me devuelven las fuerzas necesarias para seguir por este camino de las letras.
Deja una respuesta