Es posible que tengas un conjunto de poemas, pero que no sabes si pueden conformar un poemario temático, si cada uno de ellos se ajustan debidamente a una estructura rítmica aun cuando hayas buscado ceñirte al ritmo endecasilábico, por ejemplo. ¿No te gustaría que un mentor te indicase cómo mejorar la cadencia del conjunto de versos de determinados poemas, cómo evitar algunas asonancias, realizar las podas necesarias para evitar dispersiones y lograr centrar mejor cada tema? Y si sabes de métrica, seguro te gustaría contar con alguien que certifique que tus poemas no contienen errores ni de metro ni de rima.
Quizá estás a medio camino con una serie de escritos en prosa, de pensamientos sueltos que no sabes cómo ordenar, una suerte de diario que no sabes si puede llegar a ser una novela o convertirse en una serie de cuentos. Y lo peor de todo, sabes que la ortografía no es la parte que mejor dominas, así que lo de tiempos verbales, acentuación de palabras y signos de puntuación sencillamente no es lo tuyo, al menos todavía. Bien, para eso está un mentor, alguien que ha pasado por lo mismo y que sabe cómo salir del río revuelto sin lastimarse.
Puede que tengas ya conformada a medias una novela, o una serie de cuentos, pero no sabes si los personajes están correctamente caracterizados, si las secuencias temporales como espaciales guardan una coherencia entre ellas, si el todo como suma de las partes del relato resultará agradable para el lector para el que está dirigido tu libro. De todo esto es que se ocupa y trata la edición, y que implica la involucración responsable entre el mentor/editor y el escritor. Ahí donde el escritor tiene un bloqueo es donde el mentor debe indicarle puntos de salida, posibles vías de escape al cerco.
Concretar la idea de un libro, que lo sepas, requiere una cuota de esfuerzo de ambas partes. El escritor, además, debe tener las suficientes ganas de mejorar su trabajo, tantas, que cualquier señalamiento de posible fallo y sugerencia de solución por parte del mentor, le deben generar gratitud, antes que enojo. Una persona que no puede manejar su ego, al punto que toma cualquier indicación como una cuestión personal, difícilmente llegará a escribir medianamente bien. Ningún atleta llega a medallista sino aceptando las recomendaciones del entrenador al que ha decidido seguir, de lo contrario no tiene caso comenzar a trabajar.
Venuska dice
Nunca esta demás recibir ayuda.
Saludos.
Venuska dice
Mmmm, creo que es:de más. Opsi.
Silvio Rodríguez Carrillo dice
Salud, Venuska
La edición, que va más allá de las correcciones tradicionales, es un trabajo complejo, que requiere de muy buena conexión entre el escritor y el editor, porque este último debe lograr que el libro quede lo mejor posible para ser recibido para el público objetivo, y sin que pierda su carácter original.
Un abrazo.