Hezbolá se funda en el Líbano, que en términos oficiales es la República Libanesa, cuyo idioma oficial es el árabe, y en donde coexisten principalmente dos religiones, la musulmana (mayoría suní, primera minoría chií, segunda minoría alauitas ) y la cristiana. Sin embargo, fue la Guardia Revolucionaria iraní la que permitió el nacimiento de Hezbolá, es decir, fue Irán quien estuvo detrás de impedir el avance de Israel sobre el territorio libanés. Irán, o mejor dicho, la República islámica de Irán, cuyo idioma oficial es el persa, y en donde la religión oficial es el Islam chií duodecimano.
Por su parte, Israel, oficialmente el Estado de Israel, tiene como idiomas oficiales el árabe y el hebreo, y su religión principal es el judaísmo, seguida por el islam, luego por el cristianismo, y finalmente por el drusismo. Como se ve, Israel comparte con el Líbano la lengua por una cuestión de origen: son descendientes de Sem (el pueblo árabe y el pueblo judío tienen una misma raíz). Según esta tradición, los hijos de Sem difieren de los hijos de Jafet, cuyos descendientes conforman el grupo de lenguas de la familia indoeuropea, a la que pertenece la irania y que se habla en Irán.
Cabe marcar la cohesión que se dio entre Irán y el Líbano, y que vino facilitada por el lado religioso, más concretamente por la corriente chií del islam, y que terminó imponiéndose por encima de un mejor nexo que pudo haber existido con Siria —con que comparte el hecho de tener la religión islámica como predominante y, dentro de ella, como mayoría a los suníes—, y con Israel mismo, con quien mantuvo algún acuerdo por el ala cristiana. Es decir, desde el lado religioso fue la corriente chií la que acabó generando la cohesión necesaria para conformar la llamada resistencia.
El espíritu que ostenta Hezbolá explica los resultados que ha obtenido, un espíritu que puede constrastarse —salvando las respectivas distancias— con el espíritu que demostraron los diversos ejércitos con los que se vio enfrentado Israel desde su declaración como Estado. Los ejércitos de Egipto, de Siria o Jordania del siglo XX, por ejemplo, nunca tuvieron la cohesión suficiente en sus filas como para soportar las situaciones extremas que suponen los conflictos bélicos en toda regla. Por otra parte, más allá del entrenamiento, se hace evidente el muy diferente peso emocional que existe entre defender el propio territorio e invadir uno ajeno.
Actualmente, mayo de 2018, Hezbolá busca ser mayoría en las elecciones legislativas que se dan en el Líbano después de casi una década, teniendo como contrincante principal al partido del primer ministro sunita Saad Hariri, quien en noviembre de 2017 renunció desde Arabia Saudita, para luego, sin embargo, retractarse. Hezbolá, firme aliado de Irán y Siria, constituye la contracara de USA e Israel y una de sus principales preocupaciones debido al arsenal con que actualmente cuenta (sobre todo misiles) y que podrían sacar ventaja de la alta dependencia que tiene Israel respecto de su salida marítima para realizar sus importaciones básicas.
La fuerza de Hezbolá | |||
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