Ejercitario
Ejercicio 2 – La chica del vestido negro
Los seis creíamos ser tan gravemente cultos
que andábamos de prepo alterando el colegio,
fundiendo a Nitch y a Baj en insólito arpegio
o imponiendo las manos sobre tontos insultos.
¿Nuestras notas? Decían esos machos adultos
que eran de las mejores, que todo un privilegio
tenernos como alumnos; pero que el sacrilegio
era nuestra conducta, más de locos o incultos.
Pasaron veinte años y como el viejo Ulises
cada cual por su lado palpitó otros países,
armando algún quilombo, cagándose de risa
como si no valiese ninguna otra divisa.
Con respecto a la chica, la del vestido negro
la seguimos buscando aunque ya tenga suegro.
Deja una respuesta