Algunos especialistas piensan que el bitcoin llegará a USD 100.000 por unidad. Si hoy está a USD 9.570,20 y compramos por USD 100 millones, tendríamos 10.449,10 monedas. Si la cotización llega a USD 50.000 por unidad y vendemos nuestra posición tendremos 10.449,10 x 50.000 = USD 522.455.121,11. Les recuerdo que cuando el bitcoin se lanzó te lo regalaban por centavos; es decir, quien se compró esta posición cuando las monedas costaban un dólar hoy es multimillonario. Si un banco central realiza esta compra sugerida y gana la apuesta, esa ganancia podría repartirla entre los jubilados de su sistema de jubilaciones, ¿no?
¿Se saldrá USA del acuerdo con Irán? ¿Habrá una alianza abierta entre Arabia Saudita e Israel para atacar Siria, Yemen e Irán? ¿Entrará Rusia al conflicto? Puede que ningún presidente sudamericano pueda responder a estas interrogantes, que incluso ni el propio Rajoy tenga mucha idea al respecto, pero lo cierto es que si vamos a la bolsa las acciones de las empresas armamentísticas no han parado de subir en los últimos 10 años, incluso quintuplicándose. Es decir, comprar acciones de empresas que fabrican armas te asegura dividendos, dividendos que puedes distribuir entre los jubilados de tu país al cierre del año.
También puedes invertir en la formación de empresas productivas, por ejemplo, en ganadería de ovejo en Bolivia, industrializar el corte hasta lograr acreditación fitosanitaria y realizar exportaciones a Rusia. Invertís USD 50 millones y en tres años estás facturando USD 250 millones. Podés invertir en empresas de energía alternativa, paneles solares, molinos de viento y/o similares. Generar empresas, potenciarlas, hacerlas productivas y distribuir sus utilidades entre los jubilados, y/o que los jubilados mismos sean una suerte de SEO de esas empresas. Pero, ¿no sería mucho más fácil —cuestión de no esforzarse— hacer una campaña y simplemente anular o recortar la jubilación?
Mas, no dejemos de tener en cuenta que cuando los que hoy son jubilados conformaban la población económicamente activa la situación era otra. Es decir, en la década de los 70, los 80 y los 90, la población estatal era una, y la que hay ahora es otra. Hoy, en muchos países la cantidad de funcionarios públicos es tal que es casi imposible no tener algún amigo, o algún pariente dentro del aparato estatal, que, para colmo, en la general, no produce riqueza. Entonces, si aumentan quienes consumen la riqueza sin producirla, ¿cómo podemos pretender que sobre algo para los jubilados?
Como en el caso anterior, no he sabido leer propuestas claras, con numeritos cantantes y sonantes respecto de los jubilados, ningún proyecto de ley «inteligente y bonito» —como los misiles de Trump y su amiguis Macrón—. Para cerrar con números, hace 15 años una vaca te daba 30 litros de leche, hoy día, en Santa Cruz de la Sierra de una vaca se obtiene hasta 90 litros. O sea, se puede más con menos, de eso se trata la tecnología, no de marchas con pancartas… Pero si no se sabe hacer números, menos todavía se sabrá hacer letras, digo yo.
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