El bíblico ejemplo de la astilla que vemos en el ojo ajeno sin detectar la viga que portamos en el propio es la lección básica de proyección. Detestamos en los demás y con suma intensidad eso que no nos gusta de nosotros mismos, pero esto cabe dentro de un «punto ciego», no lo podemos ver. Sin embargo, es más sencillo notarlo en los demás, es decir, sí podemos darnos cuenta cuando un impaciente se queja de otro impaciente, cuando un fanático se queja del fanatismo de otro fanático. El primer truco es detectar si aplicamos para lo de astilla y viga.
La negación y/o represión de los aspectos que consideramos negativos tiene que ver con la intensidad con la que el entorno juzga como «malo» o negativo ese aspecto. En una sociedad en donde la homosexualidad es condenada con la pena de muerte, negarse o reprimirse una tendencia en este sentido tendrá una intensidad diferente a la que tendría en otra en donde la misma es aceptada. Como es natural, tendemos a hacer nuestra la escala de valores en la que hemos crecido, incluso de manera inconsciente. Aquí hay que aprender a no juzgar, a mirar desde fuera sin condenarse o criminalizarse.
En la Sombra no sólo entran aquellos aspectos que pudieran considerarse claramente negativos, sino también aquellos que, por estereotipos específicos conllevan a una conducta disociada de la natural. «Los hombres no lloran» es una sentencia típica en ciertas culturas con la que se manifiesta que el hombre no puede andar por ahí demostrando sus emociones y sentimientos como si nada, incluyendo aquí el demostrar afecto a los propios hijos besándolos o abrazándolos, por ejemplo. Así, también estos impulsos o pulsiones que bien pueden ser benéficas, terminan cayendo en negación y/o represión. Y de nuevo, sin juzgar, pasa por comenzar a observar.
Una vez que entrenemos nuestra capacidad de auto observación podremos comenzar a perder el temor hacia aquello que hacemos permanezca oculto primero, y a establecer una suerte de diálogo con ello, después. Más tarde nos daremos cuenta de que existen algunas conductas sociales que son completamente antinaturales y que, sin embargo, rigen la vida de millones de personas sin generar, aparentemente, ninguna neurosis. El celibato católico y la cosificación de la mujer en las culturas sexistas, por ejemplo, generan la represión de un ente que en algún momento tiene que estallar, como en casos de pederastia y de violencia contra la mujer.
Trabajar con la Sombra es una gimnasia rutinaria que en un primer momento puede resultar más que agobiante, aunque también, como todo desafío, estimulante. Es un paso fundamental para entender y sentir que lo individual conecta inmediatamente con lo familiar y lo colectivo, sobre todo porque no es posible dar un paso hacia atrás en el autoconocimiento. Uno no puede olvidar que ha hecho frente a tal o cual «debilidad», examinándola, e integrándola como parte de sí mismo, eso no se borra. Y uno, así, más integro, es que transforma a su entorno familiar como colectivo. Es tan sencillo como terrible.
jose de jesus cruz lira dice
En AA no se ha podido descifrar lo que Jung le contestó a Bill W (AA)en la clásica formula «Espíritus vs Espiritum», si alguien me puede ayudar se lo agradecería mucho
Silvio M. Rodríguez C. dice
Estimado, José
Yo no sé si en AA han podido o no descifrar esa frase, pero, tampoco constituye un acertijo o una frase alquímica.
Uno de los triunfos de Jung es el vocabulario que manejaba y que implementaba, parte de ello está en aquello que citas. Spiritus versus spiritum, no está lejos del retruécano de anima y animus. Jung siempre intentaba mantener las cosas claras y sabía muy bien que el lenguaje era fundamental para ello.
Palabras de Jung:
«Su ansia de alcohol era el equivalente a un nivel inferior de la sed espiritual de nuestro ser por la totalidad, expresado en términos medievales por la unión con Dios.
«En latín, alcohol es espíritus y se usa la misma palabra tanto para la experiencia religiosa más elevada como para el veneno más dañino, por tanto la fórmula mágica es espíritus contra espíritum»
Aquí, espíritum vendría a ser «espiritual», así y entonces sería: alcoholismo versus espiritualidad.
Te recomiendo que veas «Jung, la sabiduría de los sueños 3.ª parte», que ya al minuto 7 aproximadamente aborda el tema del alcoholismo.
También te recomiendo el trabajo que está en está en este enlace:
http://www.academia.edu/5854153/_Spiritus_contra_spiritum_Carl_G._Jung_y_su_influencia_en_el_programa_terap%C3%A9utico_de_Alcoh%C3%B3licos_An%C3%B3nimos_AA_Ponencia_
Muchas gracias.